Con casi un centenar de instantáneas, la exposición muestra además cómo era Andalucía en la década de los setenta y principios del ochenta, con imágenes sociales muy impactantes, con personajes que marcaron una época en nuestra Comunidad y donde no falta la fuerte presencia de la cultura, de la lucha social y de la presión política para combatir el franquismo.
La muestra, que se puede visitar en la sala de exposiciones de la Casa de la Provincia de Sevilla desde el 24 de enero al 22 de marzo de 2020, está promovida por el Foro de los Consejos Sociales de las 9 Universidades Públicas Andaluzas. Cuenta con el patrocinio de la Fundación Unicaja, la Diputación de Sevilla y el apoyo de la Fundación Felipe González, la Diputación de Cádiz y la Consejería de Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta de Andalucía, a través del Centro de Estudios Andaluces.
Pablo Juliá comenzó haciendo fotografías con una Yashica que le dejó un cura en el colegio. Autodidacta, militó en la clandestinidad durante el franquismo, colaborando en el periódico El Socialista. Después pasó a El País, del que participó en el equipo inicial y donde organizó su delegación en Andalucía en 1983, no separándose ya sus caminos hasta 2007. Además, fue director del Centro Andaluz de la Fotografía (CAF) desde 2007 hasta 2016.
"Nací en Cádiz y desde el año 1967 vivo en Sevilla, con algunos paréntesis, como los diez años aproximados que estuve compartiendo residencia con Almería. La actividad política hizo que nos expulsaran de la Universidad de Sevilla a unos cuantos compañeros. Terminamos nuestros estudios en Historia Moderna y Contemporánea en Barcelona, donde la actividad política era enorme. Nunca ejercí de historiador. Me dediqué a la fotografía. Ya era un aficionado que tomaba imágenes para el periódico clandestino El Socialista desde principios de los 70", ha explicado Pablo Juliá, autor de la exposición.
"Monté un estudio fotográfico en la Plaza del Pan y un día apareció en ese pequeño laboratorio un hombre inolvidable: Plácido Fernández-Viagas. Me propuso la aventura de documentar fotográficamente el proceso de transición de la dictadura a la democracia en Andalucía, una propuesta ilusionante. Suponía conocer de primera mano la realidad que había dejado la dictadura. Largas horas en el coche con Plácido en esa primera vuelta rotunda por la Andalucía que se despojaba del franquismo. Fue duro, pero de una enorme belleza. Luego seguí estos viajes con Rafael Escuredo y conseguí un importante archivo de artistas. También en la famosa Gira Histórica del 28-F, de la que precisamente este año se celebra el 40 aniversario. No he parado de darle vueltas a Andalucía desde entonces", añade Juliá.
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