Como gaviotas. Algo torponas sobre la ría, dudan un instante y caen en picado contra las aguas. Pero no son aves. Son chavales sobre la cucaña. Bilbao ha recuperado este juego tradicional 50 años después de que la insalubridad del agua lo prohibiese.

La progresiva limpieza de la ría está permitiendo recuperar actividades desaparecidas hace décadas. En las fiestas de Bilbao La Vieja, en julio, el mástil volvió a cimbrear frente al mercado de La Ribera. El juego estaba medio olvidado.

Pero es fácil. Alguien se sube al palo sobre las aguas, y una vez arriba, hace equilibrismos para llegar hasta el extremo y hacerse con una bandera.

Y también hemos visto piraguas por la ría alquiladas a precio simbólico, e incluso a 9 valientes que cruzaron a nado las aguas para que no se rellene el canal de Deusto.

Remeros y mini yates

«Aquí os quise ver yo». Los bilbaínos se adentran en la ría, ahora que no es infecta. Pero ahí estuvieron aguantando mecha los remeros de Deusto, que llevan desde 1981 surcando las aguas. También en embarcación se adentran los más elegantes. Se introducen por El Abra en su barco de recreo, y se dan un paseo veneciano hasta Abandoibarra.

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