En un carta pastoral del arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, recogida por Europa Press, se invita a la ciudadanía a participar en los distintos actos que se realizarán en la Archidiócesis con motivo de la llegada de este símbolo.
De hecho, la cruz permanecerá en la Archidiócesis de Sevilla del 5 de enero al 1 de febrero con el objetivo de "transmitir un mensaje de solidaridad y de paz, combatiendo lo que el Papa llama la globalización de la indiferencia".
Así, detalla que la cruz estará presente en "diferentes realidades" de la Iglesia diocesana, en vicarías, parroquias, colegios o hermandades y creando "espacios de oración, reflexión y celebración".
"Un migrante es hijo de Dios. Hablar de migrantes, es hablar de un paradigma para la vida cristiana que apunta a Cristo, que es nuestro camino, verdad y vida. Donde muchos ven un emigrante, el cristiano ve a un hermano con una vida marcada por el dolor y el sufrimiento que busca la esperanza de alcanzar una vida mejor. No podemos permanecer ajenos al dolor del hermano", sentencia Asenjo.
El arzobispo ha querido recordar, igualmente, el naufragio de 2013 de una patera en Lampedusa, en el que perecieron 366 inmigrantes procedentes de Eritrea y Somalia, así como las palabras del sumo pontífice, quien aboga por "no seguir viviendo anestesiados ante el dolor ajeno" y a llevar "a todas partes la cruz de Lampedusa como símbolo, para acercar y no olvidar el drama y la realidad de los inmigrantes".
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