Según ha informado Salud en nota de prensa este sábado, en la semana del 16 al 22 de diciembre se ha registrado una tasa de incidencia de 66,2 casos por 100.000 habitantes, lo que se considera una "intensidad basal y difusión esporádica".

Los epidemiólogos estiman que la presencia de los virus gripales se intensificará en las primeras semanas del año y el pico epidémico no se alcanzará hasta finales de enero, como ha sucedido en los dos últimos años con la gripe estacional.

Los últimos datos recogidos por los médicos centinela del Principado de Asturias en la semana 51 reflejan que ha descendido la circulación del virus respiratorio sincitial (VRS), que puede provocar bronquiolitis en bebés, y han aumentado los aislamientos de cuadros gripales, especialmente en niños pequeños, por lo que se prevé que en dos semanas comience la epidemia de la gripe.

"El Servicio Público de Salud está preparado y cuenta con planes de contingencia que se activarán cuando se incrementen la presión asistencial en las Urgencias de Atención Primaria y hospitalarias y los ingresos por la gripe y otros virus respiratorios", indica el departamento dirigido por Pablo Fernández Muñiz.

Estos planes, explican, contemplan protocolos específicos para atender con "alta calidad y eficacia" a los pacientes con sospecha de gripe. Entre las medidas previstas se encuentran la habilitación de las camas necesarias y el refuerzo de la plantilla, sobre todo con enfermeras y auxiliares.

Las autoridades sanitarias recomiendan el lavado de manos para evitar los contagios, así como usar pañuelos desechables y el codo para toser o estornudar. Además, recuerdan que para sobrellevar el malestar son efectivos los antitérmicos, no así los antibióticos.