Y tú... ¿qué harías si te toca el Gordo?

Comprarse una casa, tomarse un año sabático, hacer un viaje, cambiar de coche, saldar deudas, ahorrar... son algunas de las cosas que harían aquellos que deciden tentar al azar y probar suerte con la Lotería de Navidad, una tradición que se lleva haciendo en España desde hace más de 200 años.
Comprarse una casa, tomarse un año sabático, hacer un viaje, cambiar de coche, saldar deudas, ahorrar... son algunas de las cosas que harían aquellos que deciden tentar al azar y probar suerte con la Lotería de Navidad, una tradición que se lleva haciendo en España desde hace más de 200 años.
Comprarse una casa, tomarse un año sabático, hacer un viaje, cambiar de coche, saldar deudas, ahorrar... son algunas de las cosas que harían aquellos que deciden tentar al azar y probar suerte con la Lotería de Navidad, una tradición que se lleva haciendo en España desde hace más de 200 años.
La Lotería de Navidad es una tradición que se lleva haciendo en España desde hace más de 200 años.

Comprarse una casa, tomarse un año sabático, hacer un viaje, cambiar de coche, saldar deudas, ahorrar... son algunas de las cosas que harían aquellos que deciden tentar al azar y probar suerte con la Lotería de Navidad, una tradición que se lleva haciendo en España desde hace más de 200 años.

Decidir un número sobre otro a veces puede ser complicado, teniendo en cuenta que podrías estar eligiendo o descartando el boleto premiado. Algunos, como Joaquín Quilez, tienen preferencia por ciertos números concretos que siempre elige a la hora de escoger los boletos. Aunque en un principio iba a por "todas las terminaciones", Quilez ha terminado comprando seis décimos de seis terminaciones diferentes. No cree que sea supersticioso y asegura que "cualquiera puede tocar", pero aún así cuenta que tiene cierta predilección por el número cuatro, su número favorito. Si le toca el Gordo, el hombre de 74 años confiesa que destinará el dinero a "arreglar las cosas lo mejor posible y a guardar algo para el futuro y para los nietos".

Pablo, por su lado, sí que se considera "un poquito supersticioso", ya que tiene muy en cuenta el establecimiento donde adquiere sus décimos año a año. "Me gusta siempre ir a los mismos porque al final los conoces y piensas: ¿Y si este año no toca?", confiesa el hombre, quien ha comprado -entre trabajo, familia y amigos- unos siete décimos que compra "donde parece que puede tocar más". 

No obstante, no todos tienen ese sentimiento de optimismo y esperanza. Muchos no compran o han dejado de comprar en los últimos años por la baja probabilidad que hay de ser el ganador del primer premio, un 5% según la Lotería de Navidad, frente al 86% de posibilidades que existen de que no se gane ni un euro. Es el caso de Diego, un joven de 29 años que se resiste a comprar ningún boleto porque considera que "es una pérdida de dinero y de tiempo". Aunque sí que ha comprado otros años con sus compañeros de trabajo "por hacer piña", confiesa que no le gusta comprar lotería ya que además, no conoce a nadie que le haya tocado "más allá de los mil eurillos". 

Quienes sí recibieron más de "mil eurillos", fueron los padres de Francisco, a quienes les tocó el Gordo en 1932. "Compraron un solar e hicieron una casa", explica el hombre, contando que en esa casa que tienen gracias a la lotería han vivido "cinco hermanos y tres sobrinos". De todos modos, sabe que es muy complicado ser el ganador del sorteo y que las posibilidades de que le toque a él son "una entre ocho mil millones", dice confesando que disfruta viendo a los ganadores celebrándolo año a año.

Oscar de Julián también tuvo la suerte de ser premiado y con el dinero se compró dos pisos. El hombre colombiano de 50 años este año se ha comprado solo dos boletos, y afirma que si esta vez le tocara la lotería, "lo que haría sería regalar a mi familia y compartirlo con mis amigos".

Una de las opciones más elegidas entre los entrevistados (después de comprarse una casa o pagar deudas) es aprovechar el dinero para viajar a los lugares a los que siempre habían querido ir. Tanto Carmen como Jorge tienen muy claro que "con los años que tenemos ya" destinarían el dinero a hacerse un viaje. Carmen prefiere París, mientras que Jorge es más de Londres. Son las dos ciudades a las que el matrimonio sueña con ir, aunque aún así consideran que "todos los destinos son buenos" y que en el caso de que les tocara el Gordo seguramente irían a los dos sitios. 

Un canto de esperanza

Este 22 de diciembre los niños de San Ildefonso cantarán los números de los boletos premiados, cambiándole la vida -o por lo menos mejorándosela- a los afortunados que escuchen cantar sus dígitos en el Teatro Real de Madrid. Lejos de las 8.000 pesetas (48,08 euros) que se entregaron en el primer premio de la lotería en 1812, actualmente el Gordo es de 4 millones de euros. 

Este año se estima que cada español gastará una media de 68,48 euros, tres décimos cada uno, de los 170 millones que se ponen a la venta. Cada uno de ellos aspira a quedarse con una parte de los 2.380 millones de euros que se reparten en total entre el Gordo, el segundo premio (1,25 millones de euros), el tercero (500.000 euros), los dos del cuarto premio (200.000 euros) y los ocho del quinto premio (60.000 euros).

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