Escrito por el historiador Luis Bilbao Larrondo, el libro se ha presentado este jueves en Azkuna Zentroa con la presencia del teniente alcalde y coordinador de Políticas de Movilidad, Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Saludable del Ayuntamiento de Bilbao, Alfonso Gil y el presidente de Viviendas Municipales de Bilbao y concejal responsable del Área de Vivienda, Jon Bilbao.

Según ha indicado Alfonso Gil, "el libro es un riguroso compendio de la labor de Viviendas Municipales de Bilbao durante estos cien años que nos permite observar la gran labor realizada por responsables públicos y muchas personas que durante este largo periodo de tiempo han trabajado duro por garantizar condiciones dignas de habitabilidad para aquellas personas de su ciudad que más lo necesitaban".

Por su parte, el presidente de Viviendas Municipales de Bilbao ha destacado que "este libro representa un buen estímulo para seguir trabajando con ilusión y afrontar los retos que tenemos por delante, incrementando el parque de vivienda pública y mejorando en todo lo posible sus condiciones de habitabilidad, sumándonos a las tendencias actuales de innovación en esa materia".

El libro de Luis Bilbao Larrondo es un pormenorizado repaso a las diferentes etapas históricas, tanto desde una perspectiva social como arquitectónica, en una confluencia que da como resultado una evolución de la vivienda social en respuesta a las necesidades de la ciudad en cada momento, para suministrar hogares dignos a las personas más desfavorecidas.

En este repaso se menciona, entre otros, el primer edificio de viviendas sociales en Bilbao a considerar desde el punto de vista arquitectónico, como es Torre Urizar (1921). Del arquitecto Ricardo Bastida, se trata de viviendas sociales construidas bajo premisas funcionalistas, con un estilo y una definición de espacios considerados modernos para la época.

Otro hito relevante fue el edificio de Plaza Zumárraga, construido entre 1934 y 1941. Este edificio refleja claramente el estilo del movimiento moderno en Arquitectura, característico del periodo de entre guerras, en el que además de la estética vanguardista se aporta a los elementos constructivos una visión social. Marca las premisas para la construcción de edificios como la entendemos ahora y comparte el estilo de los edificios de vanguardia que en aquellos años se construían en Europa.

A este estilo pertenecen también los edificios de Torre Madariaga, del arquitecto Emiliano Aman o el de Tabacalera, en Párroco Unzeta, construidos en los años 50 y 60, todos marcan el mismo nivel de servicio social en su diseño y acabados.

Otra destacada referencia que marca la evolución de la vivienda social son las viviendas de Pedro Astigarraga. Se trata de un icono de la arquitectura del siglo XX. Construido en 1965, refleja la evolución del movimiento moderno surgido con el proyecto de Unidad de Habitación de Le Corbusier.

Este estilo se caracteriza por recrear una verdadera ciudad autosuficiente que concentra en vertical a la población para poder planificar el espacio circundante para grandes vías de circulación y zonas verdes, segregando las funciones urbanas para dar más importancia tanto a la movilidad como a la luz natural para las zonas de residencia.

A partir de ahí la evolución más destacada se sitúa a partir del año 2000 con edificios de promoción propia construidos bajo criterios de sostenibilidad y eficiencia energética. Ejemplos de esta línea arquitectónica son edificios sociales de Rekalde, Zorroza y más recientemente las torres de Bolueta. En la segunda década del siglo a los criterios de sostenibilidad y eficiencia energética se suma el de rehabilitación energética.