Adiós a Marie Fredriksson, la voz incansable de Roxette

Marie Fredriksson y Per Gessle, Roxette, durante un concierto en 2009.
Marie Fredriksson y Per Gessle, Roxette, durante un concierto en 2009.
GTRES
Marie Fredriksson y Per Gessle, Roxette, durante un concierto en 2009.

Año 1987. Diciembre. El sencillo It must have been love entra en el puesto 11 de la lista de los más vendidos de Suecia; en el uno, Rick Astley y Whenever you need somebody. La balada es de Roxette –dúo formado un año antes–, es una canción navideña y resiste 15 semanas en el ranking. Nadie lo sabía, pero tres años después sería incluida, con alguna modificación, en la banda sonora de Pretty woman. Nada volvió a ser igual.

Marie Fredriksson y Per Gessle se conocían desde hacía unos años. Él tenía –aún se reúnen– un grupo que despuntó, Gyllene Tider; ella concatenó experiencias en Strul, MaMas Barn y otras bandas para después caminar en solitario. Siempre cantando en sueco y con una voz que gustaba mucho. Su primer éxito en radios, en 1984, fue Ännu doftar kärlek, tema que, por cierto, interpretó en 2013 en la boda de la princesa Magdalena.

Per y Marie, Roxette, decidieron hacer pop-rock. Sin más. Del de antes, el comercial y pegadizo, el bien ejecutado, el que sin pudor soltaba un "nanana" (The look) o un "ohohoh" (Dance away) y animaba enseguida los conciertos. En inglés. Juntos publicaron diez discos y vendieron 75 millones de copias. Y sin pretenderlo: después de su debut, Pearls of passion, editaron Look sharp! en 1988, un disco que cruzó el charco en manos de un estudiante de intercambio que se lo dio a una radio de Minneapolis. Todo fluyó solo.

Un año después, los españoles vimos su "esperada" actuación en Rockopop (TVE), abuelo de La hora musa; en ese momento, el disco más vendido aquí era Raíces, de Julio Iglesias. En 1991 y 1994, el grupo incluyó a España en sus giras; para entonces, toda una generación –incluso los que eran del grunge, el sonido Manchester o bebían de Oldfield o Pixies– había tarareado ya Joyride, Sleeping in my car o How do you do! Pisaron, como muchos otros, el Palacio de los deportes de Madrid antes del incendio que lo destruyó (2001). Solían vestir de blanco y negro, pero tocaban en color.

En 2002, los médicos diagnosticaron a Marie Fredriksson un tumor en el cerebro. Ahí empezó su pelea contra el tiempo, aunque no- dejó de cantar. Después de unos años de parón por los tratamientos, mantuvo su carrera en solitario –publicó en total ocho trabajos– y la de Roxette, hasta 2016. Muchas de sus duras vivencias las contaron Helena von Zweigbergk, en el libro Love for life, y ella misma, en la autobiografía Listen to my heart (por Listen to your heart, canción del segundo disco del grupo). 

Las secuelas de la enfermedad afectaron a su movilidad, al habla, a la visión. "Pensé que Roxette era historia", dijo Gessle a Efe en 2015; Marie aparecía entonces en los conciertos sentada en una silla y con un bastón en la mano. Un año después, cancelaron la gira del 30º aniversario, RoXXXette.

La cantante, que murió este martes a los 61 años, estaba casada con el productor musical Mikael Bolyos y tenía dos hijos.

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