Barcelona crea un nuevo impuesto de residuos y se suma a los 23 de 36 municipios de la Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) que ya lo tienen implementado. A partir del mayo de 2020, el 73,3% de los hogares de la ciudad pagaran mensualmente entre 2,25 y 4,25 euros (entre 27 y 51 euros al año) y 12.500 hogares en situación de vulnerabilidad estarán exentos. Así mismo, se prevén sistemas de reducción de la tasa, de hasta el 14%, para aquellos usuarios de los puntos verdes de la ciudad.

El cobro de la nueva tasa, que hasta ahora solo se aplicaba a comercios y autónomos, se hará a través de la factura del agua y se sumará al importe ya contemplado en el recibo para el tratamiento de los residuos. El objetivo, según el Ajuntament de Barcelona, es cumplir con la Directiva Comunitaria que obliga a las ciudades a mejorar la gestión de los residuos e incrementar tanto la recogida como las emisiones que se derivan del tratamiento.

El concejal de Transición Energética y Emergencia Climática del Ayuntamiento de Barcelona, Eloi Badia, ha explicado este lunes que con el impuesto se pretende incentivar la recogida selectiva que, ahora mismo, se sitúa sobre el 40% en la capital catalana. La idea es que los ciudadanos sean conscientes de lo que pagan para así poder cambiar los hábitos de consumo por unos más responsables, ha apuntado Badia. 

Primer paso hacia un impuesto individualizado

El objetivo a largo plazo, ha añadido el concejal, es llegar a una individualización del impuesto. Sin embargo, solo será posible cuando todo el dispositivo esté desplegado. Por el momento, en Barcelona, solo el barrio de Sarrià utiliza el sistema puerta a puerta de recogida de residuos y aún queda mucho tiempo para tener contenedores inteligentes en toda la AMB. Sant Just Desvern o El Papiol son algunos de los territorios que empiezan con estos contenedores que solo se pueden abrir si se usa una tarjeta.

Por ahora, el cálculo que deberá pagar cada hogar se fijará a partir del tipo de vivienda receptora del servicio de subministro domiciliario de agua, en función de su cabal nominal y los tramos de consumo. A medida que el dispositivo avance, se podrá ir individualizando más el impuesto. 

La recaudación del nuevo impuesto, apunta el Ayuntamiento, se reinvertirá en la mejora de la gestión y del servicio. El segundo semestre del 2020, cuando se implementará, supondrá 20,5 millones de euros y, a partir del 2021, 41 millones de euros anuales. Eloi Badia ha afirmado que el impuesto es una "herramienta fundamental" y espera que en este mandato se llegue al 55% de la recogida selectiva, tal como marca la norma comunitaria de la Directiva Europea.