Un fallo en el motor pudo dañar el timón y bloquear el avión accidentado

El accidente aéreo de Barajas, en el que un avión de Spanair se estrelló este miércoles y
no se debió a un fallo humano. Al menos así lo han asegurado fuentes de Aviación Civil (no oficiales) citadas por la agencia EFE, según las cuales el siniestro pudo deberse a daños en el timón o en el motor derecho del avión, originados por el fallo inicial del motor izquierdo, que hicieron que el aparato se bloqueara.

Según dichas fuentes, todo apunta a que el fallo del motor izquierdo provocara su rotura interior y salieran piezas despedidas, que actuaron como "misiles". Éstas pudieron dañar el timón de dirección de la parte izquierda del avión o el motor derecho, ya que en ese tipo de aeronave los motores se encuentran pegados al timón en la cola.

El error humano sólo se atribuye cuando no se ha seguido el procedimiento de emergencia
En cuanto al error humano, las fuentes de
Aviación Civil consultadas lo han descartado porque "sólo se atribuye cuando no se ha seguido el procedimiento de emergencia", y "no cabe ninguno" si la explosión del motor es tan severa como para dejar el avión ingobernable, que es lo que parece que ocurrió.

El fallo previo detectado en los
sensores de temperatura del avión que obligó a retrasar el despegue, "en principio, no tuvo nada que ver con el accidente", y el comandante del avión fue muy "escrupuloso" porque no quiso despegar inicialmente por un fallo que "no es una alarma grave y con el que se puede llegar a volar".

Ruido parecido al de latas en movimiento

El piloto levantó el vuelo, entonces probablemente falló el motor, los pasajeros debieron escuchar un ruido parecido a "unas latas que se mueven con algo en su interior", el comandante se dio cuenta y empezó a corregir, pero en ese momento algo pudo dañar la dirección, se quedó sin control y el avión cayó del ala derecha, afirman las fuentes citadas por EFE.

La crisis de Spanair no tiene nada que ver con el desastre
Las fotos de la cola del avión presentan partes "roídas", que podrían deberse a esas piezas que salían del motor. Un fallo en el motor por sí solo no significa una emergencia y, con un motor inoperativo, el avión "sólo hubiera tenido un pequeño desvío a la izquierda, hubiera podido volar y no se hubiera caído del ala derecha".

Este fallo
ocurrió después de despegar porque "si el piloto se hubiera dado cuenta, hubiera desistido de la maniobra". De todas formas, "no es normal" que salten piezas al incendiarse el motor y además se puede abortar el fuego si se corta el combustible que le llega, pero, en el despegue, "apenas hay tiempo de respuesta".

En enero hubo una revisión completa del avión, pero los motores se revisan constantemente, "tal y como indica el fabricante". Aunque el avión tenía 15 años, las aeronaves suelen durar el doble y las fuentes explican que "la crisis de Spanair no tiene nada que ver con el desastre".

Spanair, por su parte, ha asegurado que el
problema del calentamiento que sufrió el avión fue
"tratado y aislado según el Manual de Aviación Civil" y que no piensa retirar los MD-82 ya que "no hay razones para ello".
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