Las redes no perdonan un desliz, aunque sea fruto del orgullo. Y, menos aún, si roza mínimamente la figura de Meghan Markle, cuyos pasos están continua y milimétricamente escudriñados. En este caso, le ha tocado a Stella McCartney. 

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En el último escándalo que ha protagonizado la duquesa de Sussex, de hecho, no interviene de forma directa siquiera, solo que eligió un abrigo diseñado por la hija de Paul McCartney para un evento al aire libre en el que ya se empieza a notar el frío del otoño británico.

La mujer del príncipe Harry fue, pues, objeto de una publicación en el Instagram de la firma en el que aparecía luciendo la prenda: una chaqueta negra con cinturón que tiene un valor aproximado de 2.000 dólares. 

"Estoy muy honrada de tener a Su Alteza Real la Duquesa de Sussex con nuestro abrigo Otoño ’19 en el servicio del Día del Recuerdo. Por Stella #RemembranceDay", decía el escrito, que parecía ser de puño y letra por la diseñadora y modista.

¿Qué ha pasado? Que entre ciertos sectores no se ha visto nada bien que haya utilizado para presumir de vestir con sus estilismos y outfits a la madre de Archie justo el modelo que se puso un solemne y emotivo homenaje a los soldados caídos en la Primera Guerra Mundial, que es de lo que trata el Remembrance Day. 

Muchos usuarios criticaron a McCartney por intentar sacar rédito de un acto como este, en el que, para más inri, la reina Isabel II, que anda a la gresca con Netflix por haber mostrado una supuesta infidelidad suya en la serie The Crown, soltó una lágrima desde su balcón.

Las furibundas críticas a la modista han hecho mella en ella: no solo ha borrado con celeridad el post en cuestión, sino que está triste por haber involucrado a su gran amiga Markle en una nueva polémica que ni siquiera tendría por qué haber surgido. Hay que tener en cuenta que su amistad se remonta a muchos años atrás y que McCartney fue la encargada de diseñar el segundo vestido (el de cóctel) de la duquesa de Sussex el día de su boda.