Según ha informado la Jefatura Superior de Policía de Aragón, los agentes tuvieron conocimiento de que se habían producido hurtos durante el verano a once ancianos que residían en un centro geriátrico. Fueron las víctimas y sus familiares los que alertaron de lo que estaba ocurriendo a la dirección del centro.

Los objetos sustraídos sobre todo eran joyas, pero también dinero en efectivo y diversos enseres. Al tener conocimiento de los hechos, los investigadores del Grupo de Policía Judicial comenzaron una investigación por la que, en primer lugar, pudieron determinar que los hurtos se cometían en horarios en los que no se encontraba en la residencia ningún familiar o persona cercana a los internos, lo que les hizo sospechar que el posible autor fuese un trabajador o alguna persona vinculada al geriátrico.

Los investigadores también constataron que una trabajadora del centro, en concreto una auxiliar de enfermería, había realizado diversas ventas de joyas, y comprobaron que podía acceder al interior de las habitaciones y que podría aprovechar esos momentos para llegar a hurtar los efectos de valor de los ancianos.

Una vez que los agentes consiguieron todas las pruebas e indicios que presuntamente incriminaban a esta trabajadora -M.P.M.O. de 43 años- procedieron a su detención el pasado 30 de octubre, como presunta autora de numerosos hurtos.

Los efectos sustraídos alcanzan un valor de unos cinco mil euros, si bien para muchos perjudicados era más importante el valor sentimental que el económico, debido a que eran joyas antiguas, tales como alianzas de boda o regalos de familiares cercanos ya fallecidos.

Los investigadores sospechan que la detenida también puede ser autora de otros delitos de hurto, cometidos en varias residencias de ancianos en las que trabajó con anterioridad, por lo que continúan las gestiones para poder esclarecer estos hechos. M.P.M.O. ha sido puesta a disposición de la autoridad judicial competente el 31 de octubre.