La ausencia y posterior incorporación del modelo federal en el programa del PSOE ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre cuál sería el mejor modelo para España y si el propuesto por Pedro Sánchez serviría realmente para solucionar el conflicto catalán.

Pero los tipos de federalismo son tan diversos como el número de países que han adoptado esta estructura y el presidente en funciones y candidato socialista, más allá de lanzar la idea al aire, no ha especificado a cuál se refiere exactamente.

De hecho, nuestra propia estructura, dividida en Comunidades Autónomas regidas por los Estatutos de autonomía y un Tribunal Constitucional que garantiza el orden en cuestiones territoriales ya hacen que España se asemeje a un modelo federal, según el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Europea de Madrid Javier Esteban. Falta, eso sí, una cámara de representación que en un Estado Federal podría ser el Senado, de modo que recuperaría una utilidad que lleva años en duda.

Esta medida busca, entre otros objetivos, contentar a los nacionalistas catalanes ya que, atendiendo a las declaraciones de Granada de 2013 y de Barcelona de 2017, incluiría el concepto de plurinacionalidad. No obstante, se trataría de un cambio "meramente sentimental", a juicio de Esteban, dado que en la práctica tampoco tendría cabida su salida de forma unilateral, puesto que ningún Estado federal contempla esta posibilidad. De esta forma, este experto pone en duda que solo con este cambio se acabara con el conflicto catalán y apuesta por que seguirían reclamando otros beneficios.

En este sentido, uno de los aspectos que contempla un Estado federal es la fijación de competencias, que pueden ser más o menos amplias que las que actualmente tienen las Comunidades Autónomas, aunque como apunta Esteban, "cuando se mueve el modelo constitucional, la tendencia es que tengan mas competencias".

Financiación autonómica

El modelo de financiación es uno de los aspectos más relevantes a tener en cuenta. Los Estados federales pueden ser simétricos o asimétricos. El federalismo simétrico otorga, a cada miembro de la federación, el mismo peso específico. En cambio, el federalismo asimétrico, como sucede en el caso de Canadá, implica que algunas de las partes tienen una relación privilegiada con el poder central que otras no tienen.

Si bien Sánchez no ha especificado por cuál de ellos apostaría, atendiendo a las declaraciones de Granada y de Barcelona, "parece bastante claro que sería asimétrico", según Esteban. Esto provocaría una brecha entre los territorios y aumentaría las desigualdades puesto que "una región rica como Cataluña, que recibiría lo mismo que aporta al conjunto del Estado, sería más rica mientras los territorios más pobres serían más pobres".

Cambio radical de la Constitución

Cualquier modelo federal que adoptara España requeriría abordar una gran reforma constitucional que en la actualidad se antoja compleja. "Sería más complicado que hacer una nueva Constitución", apunta este experto en Derecho Constitucional. "Haría falta un gran consenso y mayorías cualificadas. Tendría que contar con el PP y otros partidos". Al menos, señala, tres formaciones grandes más las nacionalistas.

Y eso, teniendo en cuenta, que estamos a las puertas de una campaña electoral de una repetición electoral. "Durante la Transición todo el mundo estaba de acuerdo en política. Ahora todo el mundo está en desacuerdo", argumenta. "Actualmente nadie es capaz de liderar un proceso que necesite grandes acuerdos", ni si quiera Sánchez pese a ser el promotor de la idea. "No es Suárez, no cuenta con el consenso ni se entienden".

Sánchez recula

El propio presidente Sánchez ha matizado este mismo jueves en una entrevista en Onda Cero que no tiene en mente grandes cambios sobre esta cuestión y que lo que busca es "perfeccionar los instrumentos que tiene el Estado autonómico y que no funcionan", entre ellos, el Senado o las conferencias de Presidentes.

Sobre la modificación que requeriría de la Carta Magna, se ha limitado a decir que se cambiaría "a medio plazo" y no de forma urgente como reclamaba antes de llegar a la Moncloa para, entre otras cosas, cambiar el Senado: "Toda la política territorial intoxica y empaña la política nacional", ha justificado este jueves, por lo que su apuesta es que los debates territoriales se lleven al Senado y no al Congreso como hasta ahora.