La proliferación en los últimos años de las casas de apuestas en la ciudad de Madrid y su repercusión sobre los barrios y la población vulnerable se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los vecinos, que acusan a estos negocios de fomentar la ludopatía. "Se está convirtiendo en un problema de salud pública como lo fue la heroína", afirman. La implantación de forma masiva de estos locales de juego ha provocado que en la actualidad haya 400 locales de juego -incluye bingos, casinos y máquinas tragaperras pero no administraciones de lotería o la ONCE-, la mayoría situadas en los distritos del sur más próximos a la M-30, como Puente de Vallecas o Ciudad Lineal.
De ellos, hasta 61 se encuentran a menos de 100 metros de colegios e institutos públicos y privados, según el informe Locales de juego y apuestas en el municipio de Madrid: distribución territorial y análisis demográfico realizado por la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (Fravm). Algunos de estos centros son el colegio Pablo VI (Tetuán) o el IES San Isidro (Centro).
Precisamente hace unos meses, el Gobierno regional aprobó un decreto que endurecía los controles de acceso físico a los salones de juego y locales de apuestas en la región, estableciendo, entre otras medidas, una distancia mínima de 100 metros respecto a los colegios. La norma, eso sí, prevé un régimen de transitoriedad de un máximo de 10 años para que estos negocios puedan adaptarse a la norma y así dar seguridad jurídica a los operadores y capacidad para amortizar las inversiones que hayan realizado.
Este asunto fue tratado también en una comisión municipal la semana pasada tras una pregunta de la socialista Mercedes González. El Ayuntamiento de Madrid negó que en la capital hubiese concentración de locales de apuestas alrededor de centros educativos tras encargar un informe. "Encontramos zonas puntuales y específicas donde existe la máxima concentración de salas de juego, y esta no corresponde a la cercanía a centros educativos, sino a ejes prioritarios con mayor concentración de gente", justificó el delegado de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes.
El texto añade sobre las distancias a centros educativos otro dato revelador: la casi la totalidad de los establecimientos de juego están a menos de metros 500 metros de los institutos, donde estos negocios tienen un público potencial (jóvenes a partir de 12 años).
El informe vecinal recoge que las mayores concentraciones de casas de apuestas se dan en los distritos (ver gráfico) de Carabanchel, Puente de Vallecas, Tetuán, Centro, Usera, Latina y Ciudad Lineal, que absorben el 61% de los establecimientos. En estos distritos se agrupan cerca de los grandes ejes comerciales, como Bravo Murillo, Alcalá, Marcelo Usera, General Ricardos o la avenida de la Albufera, y en su entorno. "Hay una pauta de acusada concentración de los locales en los distritos/barrios de la margen occidental de la almendra central y en la periferia sur próxima a la M-30", indica el texto.
El documento además explica que estas empresas se suelen instalar en zonas con algunos denominadores comunes como una renta por debajo de la media municipal (15.716 euros netos por habitante, según el último informe de indicadores urbanos del INE), con una población con un nivel de estudios bajos, una alta tasa de desempleo y con predominio de inmigrantes. "Los locales buscan zonas en las que la localización sea más barata y, al tiempo, zonas en las que la población residente ofrece un nivel adquisitivo inferior a la media y un estatus social menos privilegiado, si bien por encima de los barrios más vulnerables", asegura.
Los vecinos reclaman una moratoria inmediata
El presidente de la Fravm, Enrique Villalobos, ha reclamado este martes al Gobierno regional que aplique una moratoria de apertura de locales de apuestas en la región hasta que no se regule adecuadamente el sector. Villalobos ha demandado la aprobación de una Ley Integral del Juego en la Comunidad de Madrid y la exclusión de los locales de apuestas de la Ley de Espectáculos.
Otras de las medidas que han exigido los vecinos a la Comunidad de Madrid son establecer una distancia mínima entre las casas de apuesta para evitar su concentración, ampliar la distancia mínima de 100 metros entre estos negocios y los centros educativos y reducir sustancialmente el plazo de adaptación de diez años previsto.
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