Los lugareños las llaman 'trovants' o "piedras que crecen" porque eso es exactamente lo que hacen. De hecho, esta curiosidad de la naturaleza, que se produce en la localidad rumana de Costeti, ha sido declarada monumento por la UNESCO.
Cuando llueve aparecen protuberancias sobre la superficie de las rocas, que crecen a simple vista, dándoles un aspecto de seres vivos que sorprende a todo aquel que las ve primera por vez.
Los cambios se deben a un curioso proceso químico producido por las especiales características morfologías de estas piedras, según publica el blog Environmental Graffiti.
Las 'trovants' están formadas por arena sedimentada de una cuenca formada hace seis millones de años. Junto a las arenas se han acumulado carbonatos en exceso, que cuando llueve presionan a las capas inferiores de sedimentos y las hacen aflorar hacia el exterior creando las protuberancias.
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