Antes eran inusuales, pero con el paso del tiempo se han convertido en un fenómeno cada vez más frecuente. Los partos de gemelos han batido récords y ya suponen 18 de cada mil alumbramientos que se producen en Madrid, mientras que en 1996 eran 12 de cada mil, según datos del Instituto Regional de Estadística.

Mientras que de los 70.849 partos que hubo hace dos años, 1.264 fueron de gemelos; una década antes, de los 47.032 niños nacidos, 568 lo hicieron a la vez que su hermano. Pese a este repunte, los expertos aseguran que los partos múltiples están estancados y descenderán en el futuro. «Hace cuatro años fue el boom de los gemelos y saltaron las alarmas», explica Rocío Núñez, vocal de la Sociedad Española de Fertilidad.

Por aquel entonces, los ginecólogos estaban preocupados de que hubiera tantos embarazos dobles ya que «tienen más riesgos que los sencillos y los partos son más complicados», asegura Javier Martínez, jefe del servicio de Ginecología del Hospital Severo Ochoa de Leganés.

Mejores técnicas 

Para frenarlo, «en 2006 salió una ley que sólo permitía introducir un máximo de tres embriones en el útero», apunta Núñez. Esto, junto con que «se ha comprobado que implantar más cigotos no aumenta las probabilidades de embarazo, ha permitido que las clínicas de reproducción asistida hayan perfeccionado sus técnicas e introduzcan uno o dos embriones a lo sumo».

En la comunidad hay 110 clínicas dedicadas a la fecundación in vitro. En 2007, 50.000 parejas acudieron a un centro privado para poder tener un hijo; de ellas, el 30% fueron padres de gemelos. Diez años antes, de las 25.000 que se inseminaron, la mitad tuvieron partos dobles.

Desde 1988, la ley permite a las mujeres ser madres solteras mediante técnicas de reproducción asistida. En los últimos años se ha duplicado el número de madres solteras con bebés probeta. En la actualidad, el 15% de las madrileñas que se someten a una inseminación artificial están solteras o sin pareja masculina. En su mayoría son lesbianas, mujeres que superan los 35 años, que no tienen marido y ven que se les pasa la edad fértil o ejecutivas que pasaron la juventud trabajando.