Inventa un cuaderno de caligrafía para que los niños rindan más y sean más obedientes

  • Pilar Besumán, grafóloga, rechaza las hojas cuadriculadas y dice que la letras deben escribirse enlazadas, hacia adelante y sin repasar.
  • Afirma que nunca contrataría a una secretaria que escribiera la "a" abierta porque "revela indiscreción".
  • Califica a los niños según su letra: rebeldes, mandones, glotones...
Imagen de archivo de unos niños en una escuela infantil.
Imagen de archivo de unos niños en una escuela infantil.
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Imagen de archivo de unos niños en una escuela infantil.
La grafopsicóloga Pilar Besumán ha diseñado una
cartilla escolar que puede conseguir mejorar la escritura y el rendimiento de los niños en las aulas y conseguir que éstos sean más obedientes.

Según el presidente de la Asociación Española de Grafología, Mauricio Xandró, se trata de "un milagro" que está relacionado con las conexiones cerebrales y que elimina los mecanismos de defensa y "convierte a los niños en otras personas".

Las hojas cuadriculadas limitan el espacio para escribir la letra y también la inteligencia.
Pilar Besumán ha explicado que su método se basa en una letra sin retorno, progresiva y rápida porque "
si alguien escribe rápido, piensa rápido" y, en cambio, si la mente se adelanta, "se destroza la letra".

Las hojas cuadriculadas limitan el espacio para escribir la letra y también la inteligencia, porque la parte de arriba de las letras representan "la ilusión" y la de abajo "la constancia y la perseverancia", por lo que lo ideal es "subir y bajar la mano", según la grafopsicóloga.

La cartilla está ideada para niños de cuatro y cinco años (zurdos también) que empiezan a escribir con un rotulador para deslizar letras de un solo trazo de manera más fácil. Las letras van enlazadas, sin volver hacia atrás ni pasar dos veces por el mismo sitio, y con cierta inclinación hacia la derecha, que en grafología significa "afectividad y adaptación al medio", según Besumán.

Ha explicado además que estos niños no tienen base caligráfica inteligente para asimilar tres idiomas y utilizan cartillas escolares "aburridas de escritura lenta, con significados psicográficos que revelan vagancia, egoísmo y timidez".Besumán detecta problemas de

dislexia en los alumnos cuando invierten los fonemas ("abrol" en vez de árbol) y el primer paso para su corrección es
no borrar la palabra incorrecta y ponerla entre paréntesis para hacerle un examen comparativo posterior y que el niño pueda entender su error.

La grafóloga asegura que 30 colegios de diferentes localidades de España utilizan actualmente el método, pero que algunas editoriales lo han rechazado, porque a su juicio "lo importante es vender cartillas y el niño ya saldrá adelante de alguna forma".

La escritura basada en la grafología puede ayudar tanto a niños como a adultos a ser más equilibrados, según Besumán, que nunca contrataría a una secretaria que escribiera la "a" abierta porque "revela indiscreción".

Besumán sostiene que las letras pequeñitas reflejan introversión por parte del que las escribe; las verticales, rebeldía, y las alineadas a la izquierda, timidez. Las completamente redondas son de "perezosos y glotones", y las parecidas a números se corresponden con sentimientos de egoísmo, igual que las que tienen ribetes.La "m" con bastoncito inicial revela inhibición;

la "t" con la barra encima, exceso de mando, y si la barra está inclinada hacia la derecha, terquedad.

Los niños que escriben la "o" con rabito quieren guardar secretos, mientras que los que ponen el punto en la "i" tienen buena memoria, según Besumán.

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