Durante el decimocuarto día de crucero, los aspirantes se han vuelto a dividir, pero antes Marie-Ange Schmitt-Lebreton, la directora del centro, ha preparado un desfile en bañador con un accesorio muy especial: un chaleco salvavidas.

Después de calentar motores, la francesa ha escogido a unos cuantos aspirantes para comprobar su sentido de la coordinación y nada mejor para comprobarlo que remar en un barco ficticio con chalecos. Al final, Marie-Ange les ha dicho que "el bote se ha ido al carajo y la actitud de modelo se os ha olvidado rápidamente".

Dicho esto, la directora del centro ha sorprendido a todos escogiendo, sin el resto de los profesores, a otra de las aspirantes que entrará en el programa. La afortunada en conseguir la plaza ha sido Yara por su "buen esqueleto y la ganas de trabajar".

No todo van a ser pruebas, y el grupo de Josie se ha ido de shooping con el profesor de estilismo por las calles de Cefalú (Sicilia). "No sé si tenéis parole porque yo no. Este sitio es maravilloso". Toda la isla ha estado pendiente de los aspirantes que han llamado la atención con un desfile individual que han realizado.

En Supermodelo la suerte tiene poco que hacer

Dentro del barco, el grupo de Emmanuel Rouzic ha homenajeado a los griegos y romanos que habitaron la isla con un fantástico posado. Un casino es un lugar perfecto para aquellos que se juegan su futuro, pero no hay que fiarse de las apariencias. Por eso, Rouzic ha terminado examinando a los aspirantes en el casino con un estilismo años veinte donde se han jugado su entrada en el programa. La elegida ha sido Raquel.

En la cubierta principal, Fiona antes de despedirse ha revelado otro de los nombres que entrará a formar parte del Centro de Formación. De esta forma, Javier se une a Eva, Luis, Catalina, Mª Carmen, Yara y Raquel.

Para cualquier modelo sea hombre o mujer el equilibrio es fundamental y Marie-Ange lo sabe mejor que nadie. Por eso ha ideado una de esas pruebas que dejan huella y les ha preparado un desfile donde han tenido que ponerse talco en las plantas de los pies.

Al atardecer ha llegado el momento de la expulsión y para José Manuel termina su viaje en el barco de Supermodelo. "Sinceramente me parece injusto porque hace tres días que llegué y no he podido demostrar un ápice de lo que llevo dentro", comenta afectado.