El gobernador de la provincia iraquí de Bagdad, Falá al Jazairi, ha presentado este domingo su dimisión tras el último brote de violencia entre manifestantes y fuerzas de seguridad en el este de la capital y que han dejado un centenar de muertos, según ha informado la cadena de televisión Al Sumaria.

Los miembros del Consejo Provincial han votado a favor de aceptar la renuncia, por lo que éste ha abandonado el cargo. "Se aceptarán candidaturas para ocupar su puesto durante los próximos cinco día", ha señalado un miembro del consejo.

Al Jazairi fue elegido por dicho consejo en diciembre de 2018 para sustituir a Atwan al Atwani, que había sido elegido para ocupar un escaño en el Parlamento.

Su dimisión ha tenido lugar tras una convulsa semana de protestas contra la corrupción, el paro y la falta de suministros en las que más de un centenar de personas han muerto y miles han resultado heridas en todo el país.

En Bagdad, este domingo los disturbios se han concentrado en el barrio de Ciudad Sadr, una zona de mayoría chií, donde al menos han fallecido ocho personas. La Policía, apoyada por el Ejército, ha empleado munición real y gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes en dos puntos de Ciudad Sadr, según fuentes policiales.

Las protestas comenzaron el martes, 1 de octubre, para denunciar la corrupción, el paro, la carestía de los productos básicos y las deficiencias en suministros básicos como electricidad y agua potable.

Esta crisis representa el mayor reto al que se ha enfrentado el primer ministro, Adel Abdul Mahdi, que accedió al poder hace un año con el apoyo de los partidos chiíes que gobiernan Irak desde la caída de Sadam Huseín en 2003.