Mercedes y Peregrina vivían en Vigo pero no se conocían de nada. Ambas esperaban un trasplante y el mismo día recibieron una llamada idéntica. La conexión especial las llevó hasta el quirófano del Hospital Universitario de A Coruña, donde entraron juntas para recibir los pulmones de un fallecido.

"A mí me donó el izquierdo y a ella el derecho", dice Mercedes. Además, coincidieron durante la reanimación y en la misma planta, compartiendo alegrías y dolores, apoyándose en todo. Casualidades muy poco frecuentes que las convirtieron en "hermanas de pulmón".

Conscientes de la importancia de las donaciones de órganos, realizan ahora la recuperación codo con codo y ya están pensando en quedar para ir juntas a la discoteca. Cada 25 de agosto, el día del trasplante, celebrarán su particular cumpleaños unidas de por vida. "Es una conexión especial", zanja Mercedes; "cuando una está mal, la otra trata de mimarla"