Una mujer recibe un paquete cerrado, que solo abre cuando comienza a desprender un hedor nauseabundo. En su interior: un cráneo humano. A pesar de que podría pasar por el inicio de una película de Tarantino, se trata de la dramática historia con la que se despertaron este lunes los vecinos del municipio cántabro de Castro Urdiales.

Hace meses, María del Carmen Merino entregó una caja cerrada y envuelta en papel de regalo a una vecina para que la guardara, con la excusa de que contenía juguetes sexuales y no quería que la Guardia Civil los encontrase al acudir a su domicilio para investigar la desaparición de su pareja, Jesús María. El hombre se encontraba en paradero desconocido y los agentes trataban de esclarecer qué era lo que había ocurrido.

La vecina aceptó la caja y la guardó, hasta que la fetidez del paquete fue insoportable y decidió abrirla. Al hacerlo, encontró una cabeza humana sin ningún resto de tejido y, presa del pánico, avisó al Servicio de Emergencias 112. Ahora, María del Carmen se encuentra detenida, en prisión provisional comunicada y sin fianza, mientras la prinicipal hipótesis ha sido confirmada: el cráneo pertenece a su pareja desaparecida y la Guardia Civil intenta esclarecer su implicación.

Además, la vecina llamó a la arrestada para explicarle lo que había encontrado y recibió una desconcertante respuesta: "Alguien me la dejó en la puerta de casa (la cabeza), la guardé porque era el único recuerdo que tenía de él".

La arrestada mantenía hasta hace unos meses una relación sentimental con Jesús María Baranda, de 67 años y natural de Bilbao, con el que vivía en el edificio Mar Llana número 12 de la calle Padre Basabe. Sin embargo, el hombre desapareció sin dejar rastro el pasado 11 de abril.

En relación con esta ausencia, la detenida fue investigada, después de que un hermano de Jesús María alertase de la falta del hombre. Tal vez por eso, la mujer optó por hacer lo mismo y comunicó a los agentes la ausencia de su pareja.

Tras la denuncia, María del Carmen explicó a la Benemérita que se trataba de una desaparición voluntaria, ya que su pareja la había dejado y se había llevado todo el dinero.

Tras el hallazgo de la cabeza, una prima de Jesús María ha relatado en la cadena COPE que sospecharon que algo extraño pasaba porque nunca se iba de viaje sin decir nada. De acuerdo con su relato, la familia recibió mensajes de móvil durante un tiempo, que les llamaron la atención porque no contenía el lenuaje habitual del desaparecido.

Además, detalla, cuando llamaban al teléfono nadie respondía y, al pedir una prueba de voz, dejaron de recibir mensajes. Fue esta circunstancia lo que los empujó a denunciar la situación ante la Guardia Civil.

Tras ser detenida y puesta a disposición judicial, la mujer ha prestado declaración este martes en el juzgado, donde ha entrado a las 10:30 horas y ha salido pasadas las 15:00 en un coche de la Guardia Civil.

Una veintena de vecinos y varios más desde los balcones que dan al juzgado han esperado con curiosidad a que la mujer saliera del edificio, sin que se haya producido ningún incidente.

La causa será instruida por el Juzgado número 3, donde ya se han incoado diligencias previas y se ha ratificado el secreto de las actuaciones acordado previamente por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2.

Natural del municipio sevillano de Utrera, a sus 61 años, no es la primera vez que Mari Carmen tiene sus más y sus menos con las autoridades. Antes de esta detención en relación con el caso del cráneo de Castro Urdiales, la mujer ya contaba con antecedentes por estafa.

La primera de ellas la perpetró en Vigo en 2013, a la que seguiría otra en 2017 en Cádiz. Para esta última, la mujer se apropió de documentación bancaria y estafó 6.600 euros a la expareja de su tía.

Ya en Castro Urdiales, María del Carmen conoció a Jesús María, exempleado de banco y jubilado, cuando este se había separado de su esposa, con la que tenía varios hijos, según una vecina de la localidad.

Además de la atención médica que recibió la vecina que descubrió el cráneo a causa del impacto, el resto de los vecinos han quedado conmocionados y sorprendidos, porque consideraban a la pareja "personas normales".

"Es algo que está impactando en el municipio", indica Gerardo Martínez, residente que conocía de vista a la pareja y que confía en que "pronto se conozca la verdad de todo este asunto" porque la gente está "consternada".

"Menudo susto se tuvo que llevar la chica cuando abrió la caja por el olor que desprendía y se percató de que se trataba de una cabeza humana", señala Marta Gutiérrez, quien vive cerca de donde residía la pareja.