De esta manera, los hechos se desencadenaron de madrugada tras un aviso al teléfono 091 de una alarma antirrobo en un comercio, por lo que acudieron varios agentes al lugar y se entrevistaron con un testigo que, tras escuchar el salto de la alarma, observó a un individuo abandonando el local a la carrera, y les facilitó sus características físicas.
Además, en el lugar se personó el propietario de establecimiento comercial, que junto con los agentes actuantes revisó el interior y manifestó a éstos echar en falta un ordenador y un bolso con 100 euros.
Gracias a las características físicas facilitadas por el testigo, los policías localizaron en los alrededores al presunto autor de los hechos, que fue detenido por un delito de robo con fuerza.
Finalmente, cerca de este, oculto en un parterre, los agentes encontraron una barra de hierro y una cizalla utilizados presuntamente para forzar la puerta del comercio; mientras que en el interior de un contenedor de basura, fue localizado el ordenador sustraído y devuelto a su legítimo propietario.
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