Las redes sociales se han convertido en un lugar donde desatar toda la ira y los males que uno lleva por dentro. Quizás sea por este motivo por el que el cantante Justin Bieber ha decidido publicar en Instagram sus confesiones más duras.

Lo ha hecho en un post en el que se sincera con sus seguidores y habla sobre su familia, sus relaciones y las juergas que se daba cuando era más joven. De hecho, su cuenta en la red social ha dejado atrás las fiestas, el lujo y los desnudos para dar paso a entrañables fotos familiares, de su mujer (a la que siembre halaga) o vídeos en la iglesia.

"Es duro levantarse por la mañana con la actitud adecuada cuando estás sobrepasando tu vida, tu pasado, tu trabajo, responsabilidades, emociones, familia, finanzas y relaciones. A veces puede llegar al punto de no querer vivir más. Pero soy afortunado de tener a gente en mi vida que me anima a seguir", comienza diciendo el artista.

Bieber continúa admitiendo su estatus. "Veis que tengo mucho dinero, ropa, coches, elogios, logros, premios... Y aún así no estaba lleno", confiesa. "¿Conocéis las estadísticas de niños estrella y el resultado de sus vidas? Hay una presión brutal sobre un niño cuyo cerebro, emociones y lóbulo frontal (el que ayuda en la toma de decisiones) no están del todo desarrollados", continúa.

"Pasé de ser un chico de trece años de una ciudad pequeña a ser alabado por todo el mundo, millones de personas decían cuánto me querían y lo genial que era. Todo el mundo lo hacía todo para mí, así que nunca aprendí cosas fundamentales sobre la responsabilidad", explica.

Para expresar mejor sus sentimientos, el cantante recuerda un momento duro de su vida: "Cuando tenía 18 años y ningún conocimiento de como funciona el mundo real, me vi con millones de dólares y acceso a cualquier cosa que deseara. Esto es algo que le daría miedo a cualquiera. Cuando tenía 20 años, tomé todas las malas decisiones que te puedas imaginar y pasé de ser una de las personas más queridas y adoradas a la más ridícula, juzgada y odiada".

"Estar sobre el escenario, según algunos estudios, supone un subidón de dopamina, más grande que cualquier otra actividad. Esos subidones y bajones son muy duros de manejar. Habrás notado que muchos grupos y artistas acaban en una fase de drogadicción y creo que es por ser incapaces de manejar los altibajos que supone ser un artista", relata.

Y entonces, Bieber suelta la que probablemente sea su confesión más dura ante el mundo: "Empecé a consumir drogas duras a los 19 años y denigré a mis parejas. Me volví un resentido y perdí el respeto a las mujeres. Me distancié de todos los que me querían y empecé a esconderme tras un caparazón. Me ha llevado años recuperarme de todas esas decisiones, arreglar esas relaciones rotas y cambiar mis malos hábitos en las relaciones".

Para terminar, Justin da las gracias a Dios y a su matrimonio con Hailey Baldwin por haberse recuperado: "Ahora estoy navegando por la mejor época de mi vida, ¡el matrimonio! Que es una nueva responsabilidad increíble. Aprendes paciencia, confianza, compromiso, amabilidad, humildad y todo lo que significa ser un buen hombre".