La principal función de los radares de carretera es preventiva y «nunca recaudatoria». Es lo que asegura la Dirección General de Tráfico, que desde hace años intenta señalizar los tramos de carretera controlados. Sin embargo, buena parte de los radares siguen «ocultos» a la vista del conductor. En Aragón hay 36 radares, pero más de un tercio (13) no están indicados, según la Asociación de Automovilistas Europeos Asociados (AEA).

Este tipo de radares «ocultos» corresponderían en su mayoría a equipos instalados en automóviles de la Guardia Civil que se ubican en puntos fijos , pero sobre los que no se avisa con señales verticales ni luminosas. AEA sabe de la existencia de estos aparatos de control porque muchos de sus socios han sido multados en estos tramos durante el primer trimestre de 2008.

El estudio de la AEA excluye los cinemómetros municipales y los radares móviles instalados en coches de la Policía Municipal, que miden la velocidad de otros coches mientras circulan y de los que es imposible informar.

En las tres provincias

De todas las vías, la que tiene más dispositivos, tanto ocultos como indicados, es la A-23, que recorre la Comunidad de norte a sur. En ella hay nueve radares, de los cuales 4 carecen de señalización (ver mapa). La N-240, en Huesca, tiene cinco radares, dos de ellos ocultos. En la A-2, en Zaragoza, hay siete radares y dos también están sin señalizar.

La DGT afirma que no hay ninguna ley que obligue a informar sobre la ubicación de los radares, «pero sí existe un compromiso desde 2005 para señalizarlos, y así se hace con algunos cuando es posible», matiza el organismo, que duda de la fiabilidad de la AEA.

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE TU CIUDAD