Exoplanetas: en busca de un eslabón perdido entre los mundos

Ilustración de los tres nuevos exoplanetas descubiertos por la misión TESS de la NASA
Ilustración de los tres nuevos exoplanetas descubiertos por la misión TESS de la NASA
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Ilustración de los tres nuevos exoplanetas descubiertos por la misión TESS de la NASA

Coloquialmente, se utiliza la expresión ‘eslabón perdido’ para referirse a la pieza que falta en una cadena de acontecimientos que explican un fenómeno. El término se creó en el siglo XIX como una explicación a los misterios que envolvían la evolución humana desde los simios hasta los homínidos más avanzados.

Más adelante, se demostraría que este proceso no funcionaba de forma lineal como una cadena, sino más bien en ramificaciones como un árbol, pero el término quedó en el imaginario colectivo.

De una forma parecida a la que en el árbol de la evolución humana faltan ‘parientes’ entre nuestros antepasados y nosotros ocurre también con los cuerpos celestes. En nuestro sistema solar hay principalmente dos tipos de mundos: pequeños y rocosos como la Tierra y gigantes gaseosos y helados como Neptuno.

Ahora, un equipo de investigadores coordinados por el Instituto Tecnológico deMassachussets (MIT) ha descubierto gracias al satélite ‘cazaplanetas’ TESS de la NASA un sistema planetario muy peculiar y cercano al nuestro. Y podría arrojar luz sobre cómo los planetas que conocemos llegaron a ser lo que son.

Infografía exoplanetas
Infografía exoplanetas

Las características insólitas de este conjunto, formado por una estrella enana y tres planetas, tienen mucho que ver con el raro tamaño de estos.

Los exoplanetas que forman el sistema–se llama exoplaneta a aquellos que están fuera del sistema solar– tienen un tamaño intermedio relativamente similar, algo sin precedentes a una distancia tan cercana de la Tierra.

Pero la clave está en los dos mundos que orbitan más alejados de su estrella. Estos, bautizados con los fríos nombres de TOI-270 c y TOI-270 d, son fundamentalmente gaseosos pero mucho más pequeños que los planetas de este tipo que se encuentran en el sistema solar, por lo que responden a una tipología desconocida hasta el momento.

"Es poco común que los planetas tengan entre 1,5 y dos veces el tamaño de la Tierra por razones probablemente relacionadas con la manera en que se forman, pero esta cuestión es aún muy controvertida", sostiene Fran Pozuelos, investigación posdoctoral en la Universidad de Lieja y coautor del estudio.

El sistema en su conjunto recibe el nombre de TOI-270 (literalmente, Objeto de Interés descubierto por TESS número 270). La estrella que se encuentra en el centro es una enana de tipo M un 40% menor en tamaño y masa que el Sol.

"Esta estrella es tranquila y muy cercana a nosotros y, por tanto, mucho más brillante que otras de sistemas comparables", afirma Maximilian Günther, el jefe del equipo de investigación en declaraciones recogidas por la NASA. "Pronto seremos capaces de determinar cómo se crearon estos mundos, dilucidar si tienen atmósfera y determinar qué gases contienen", afirmó.

El planeta más cercano a la estrella es una masa rocosa de tamaño similar a la Tierra pero con una temperatura de 254ºC. Los dos más alejados son de tipo gaseoso, y con una composición que podría ser similar a la de Neptuno aunque con la mitad de su tamaño.

Otro de los aspectos más prometedores de este hallazgo es la posibilidad de que existan otros planetas más alejados dentro del sistema que presenten características compatibles con la vida.

"La estrella huésped es extraordinariamente adecuada para futuras búsquedas de habitabilidad, dado que es particularmente tranquila", asegura el equipo investigador. De los tres planetas observados, solo el más lejano se encuentra en una zona templada, con un rango de temperaturas que permitiría la existencia de ciertas formas de vida.

Sin embargo, según el MIT, los científicos afirman que probablemente tendrá una atmósfera ultradensa que elevaría la temperatura superficial a niveles incompatibles con la presencia de agua o de vida.

El estudio de los exoplanetas es un fenómeno bastante reciente. La primera vez que se confirmó que un planeta orbitaba alrededor de una estrella fuera del sistema solar fue en 1995. 16 años más tarde se confirmaría el hallazgo del primer cuerpo con características similares a las de la Tierra.

El cuerpo, que recibió el nombre de Kepler-10b, fue descubierto por un equipo de la NASA. Este primer hallazgo abrió las puertas a una especie de fiebre del oro de búsqueda de exoplanetas que ha llevado a que actualmente esté confirmada la existencia de miles de ellos.

La investigación tiene puesto el foco desde entonces en encontrar nuevos mundos compatibles con la vida humana. La tecnología de la NASA, que avanza en consonancia, cada vez está más cerca de permitir obtener imágenes de cuerpos celestes cada vez más pequeños.

Mientras tanto, el hallazgo de este insólito sistema augura prometedores avances en la comprensión de cómo se fueron desarrollando los innumerables mundos que componen hoy el universo.

"Hay un montón de pequeñas piezas del puzle que podemos resolver con este sistema", asegura Günther. "TOI-270 es un auténtico Disneylandia para la ciencia de los exoplanetas" zanja convencido.l

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