Rescatadas las tres espeleólogas tras 50 horas perdidas en una cueva de Cantabria

Las tres espeleólogas saliendo por su propio pie este lunes, acompañadas de los miembros del equipo de rescate y efectivos de la Guardia Civil.
Las tres espeleólogas saliendo por su propio pie este lunes, acompañadas de los miembros del equipo de rescate y efectivos de la Guardia Civil.
EFE/ Pedro Puente Hoyos
Las tres espeleólogas saliendo por su propio pie este lunes, acompañadas de los miembros del equipo de rescate y efectivos de la Guardia Civil.

Rescate incesante con final feliz. Aunque las características de la cueva cántabra imponían –35 kilómetros de galerías, algunas de gran complejidad–, los rescatistas han conseguido rescatar sanas y salvas a las tres espeleólogas a las que se buscaba desde el domingo en la gruta de Cueto-Coventosa, en el pueblo de Arredondo.

Han sido halladas sobre las 4.00 de la madrugada de este lunes por el segundo equipo que acudió a su rescate, pero la falta de cobertura no permitió a los espeleólogos comunicar este encuentro al exterior y hasta las 15.00 horas no se tuvo noticia de él.

Las mujeres –dos de Barcelona y otra de Vinaroz– tienen 39, 50 y 51 años. Se encontraban sentadas en una cavidad conocida como Pozo de la Unión, muy próxima a un complejo entramado de galerías que exige un gran dominio de esta actividad.

Aunque agotadas y con leves síntomas de hipotermia, aún les quedaron fuerzas para salir de allí por su propio pie con la ayuda de los expertos, que conocían bien la cueva. "No daban con el camino", explicó a Efe David González, uno de los tres miembros que componían el segundo grupo de rescate, que accedió por la sima del Cueto, emplazada junto a un pozo vertical de más de 300 metros.

Las tres espeleólogas saliendo por su propio pie de la cueva de Coventosa.
Las tres espeleólogas saliendo por su propio pie de la cueva de Coventosa.

Las tres espeleólogas saliendo por su propio pie de la cueva de Coventosa. EFE

Las mujeres entraron en la cueva el sábado a las 12.20 horas. A pesar de conocer la técnica y contar con material suficiente, nunca antes habían emprendido esta travesía. Un compañero que se quedó fuera fue quien llamó al 112 un día después: no habían recogido los equipos de neopreno que les habían dejado en una de las entradas, como habían acordado.

Un vasto operativo se organizó a toda velocidad, y a las 22.00 horas del domingo el primer grupo de espeleosocorro de Protección Civil del Gobierno de Cantabria ya se había adentrado para localizarlas, aunque no tuvieron éxito.

Cuatro horas más tarde lo hizo el segundo. Si no las hubiesen encontrado, lo normal hubiera sido que a las 12.00 aproximadamente ya estuviesen fuera. Pero su demora se convirtió en esperanza: era posible que hubieran dado con ellas y que por eso estuviesen tardando en salir. Esto fue precisamente lo que sucedió. Un tercer equipo que bajó después con víveres confirmó los buenos presagios:las habían encontrado y saldrían en poco tiempo, sobre las 16.00 horas.

Desde el minuto uno los expertos fueron optimistas: "Aún estamos en un periodo aceptable de retraso", y así fue.

Una cueva compleja y grandiosa

"Todos los datos que tenemos de esta cueva son franceses, porque ellos fueron quienes la topografiaron", manifiesta a 20minutos Jaime Navedo, un guía de la zona que se ha adentrado en numerosas ocasiones en la cueva de Coventosa. El nombre de la gruta quiere decir 'cueva del aire', y la bautizaron así por la corriente que expulsa una de sus entradas.

Su punto más profundo alcanza los 815 metros. El pozo Juhué, de más de 300 metros de profundidad, es el mayor de Europa. El primer hombre que se atrevió a descenderlo, el francés Gérard Juhué, lo bautizó con su propio apellido.

Para la Fundación Espeleosocorro Cántabro esta cueva "no es la más larga, ni la de mayor desnivel, ni la más dura [...] pero es sin duda la más completa en cuanto a tamaño, grandiosidad, paisaje interior, historia y prestigio". En Cantabria siempre se ha dicho que "el que realmente es espeleólogo, lo es porque es capaz de realizar esta actividad".

De una punta a otra mide 7 kilómetros, pero "hay un entramado de 28 km de galerías", por lo que perderse en ella podría suponer alargar considerablemente la travesía. "Es una cueva en la que igual que de pronto se te abre una catedral, a los 100 metros tienes un paso estrecho que comunica con una ratonera, que a su vez desemboca en otra catedral", indica el experto.

"Se desconoce" si la cueva ha sido explorada al cien por cien o aún esconde enclaves por descubrir.

Las topografías que existen en la actualidad sobre la gruta "son casi, casi a mano alzada, elaboradas utilizando métodos muy rudimentarios".

"Es una cueva visitada a nivel internacional. En Semana Santa te puedes encontrar aquí a 150 personas", prosigue. "La gente viene desde Barcelona, desde Valencia, desde Murcia, desde Madrid... Pero también vienen canadienses, holandeses, belgas, chinos... Me he encontrado a todo tipo de nacionalidades en la cueva".

A pesar del incidente que han sufrido las tres espeleólogas, Coventosa "cuenta con recorridos aptos prácticamente para todos los públicos a partir de los 10 años". No obstante, la zona intermedia –que es donde encontraron a las mujeres– cuenta con un "complejo entramado de galerías".

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