Unos 4.761 alumnos tienen que soportar el ir y venir de los coches mientras están en clase. Los centros educativos que están en los alrededores de la A-55 soportan niveles superiores al límite de 55 decibelios, según un estudio elaborado por el Ministerio de Fomento.

El informe analiza 30 kilómetros de la A-55 en los que hay 16.300 personas afectadas. Fuera del término municipal, el ruido de los coches de la autovía afecta a viviendas unifamiliares de Puxeiros, Casal, Mos, A Rans y O Porriño. Los ocho primeros kilómetros transcurren por Vigo y afectan a numerosas construcciones industriales y comerciales. Sin embargo, lo más grave es que en este tramo hay nueve centros educativos con un total de 4.761 alumnos.

Los centros con más estudiantes son el IES Ricardo Mella (800 alumnos), el CEIP Rosalía de Castro (766 aumnos) y el IES Manuel Antonio (743 alumnos). A estos edificios, considerados especialmente sensibles ante el ruido, hay que añadir el Hospital do Meixoeiro, que tiene 418 camas.

La recomendación del Ministerior de Fomento es colocar pantallas acústicas en los márgenes que dan a la carretera. El Concello ya ha incluido esta medida en el plan de actuación contra el ruido que tiene previsto presentar en el mes de julio.

Los centros afectados por la A-55 aseguran estar ya bastante acostumbrados

El ruido nunca les ha impedido continuar las clases. Tanto alumnos como profesores tienen el oído habituado al ruido de los coches que pasan al lado de sus aulas. En los centros aseguran que «el ruido se nota» y que lo de abrir las ventanas está prácticamente descartado todos los días. Sin embargo, este malestar no les ha impedido nunca continuar con las clases.

Los colegios están considerados edificios especialmente sensibles al ruido, al igual que los centros sanitarios. El mapa de ruidos indica que sólo en el centro de la ciudad el 90% de los edificios sensibles soportan más decibelios de los permitidos. El plan de actuación, en julio El mapa de ruidos de la ciudad revela que el 29% de los vigueses soporta un nivel de ruido superior al límite. El centro, Bouzas, Coia y Freixeiro son las zonas más problemáticas, porque es donde hay más población expuesta. Con estos datos, el Concello está elaborando un plan de actuación que estará listo en julio y que debe presentar en la Unión Europea antes de final de año.

El Concello elaborará las pautas de insonorización que deben tener las futuras construcciones. Así, se dispondrá de distintos modelos de aislamiento del ruido para cada tipo de edificio. El ruido del botellón va más allá del jaleo en el Castro o la praza da Estrela. Al Concello ahora le preocupan «los desplazamientos cuando acaba el botellón» en los alrededores de Rosalía de Castro.

Para minimizar el ruido de los coches, el Concello se plantea aumentar el número de buses y limitar la circulación en zonas saturadas y de noche. Además, se bonificará a los vehículos híbridos.

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