Carla Santiago, primera senadora gitana: "Es el momento de las mujeres y es el momento de las mujeres gitanas"

  • La mediadora social y representante del pueblo gitano representará a Cs en la Cámara Alta.
  • Atiende a 20minutos en la Asamblea de Madrid y pide acabar con los "estigmas".
  • "Vamos a dar una imagen diferente al prejuicio y a mostrar lo que realmente somos", sostiene.
  • Asegura que al pueblo gitano "le faltan referentes" pero alega que no siente "vértigo" por estar en la primera línea.
  • FOGONAZOS | La primera senadora, por Encarna Samitier.
Entrevista a Carla Santiago.
Entrevista a Carla Santiago.
ENRIQUE CIDONCHA
Entrevista a Carla Santiago.

La mediadora social y representante del pueblo gitano Carla Santiago fue una de las grandes novedades en la lista de Ignacio Aguado (Ciudadanos) para la Asamblea de Madrid, pero ahora derriba otra barrera: será la primera senadora gitana en la historia de la democracia española. Elegida por designación autonómica por, asegura que asume el reto "sin miedo", y atiende a 20minutos para revelar sus sensaciones de recién llegada a la política.

¿Cómo le suena eso de ser la primera senadora gitana?

La verdad es que viviéndolo dentro del colectivo es una gran ilusión y también un gran reto y una gran responsabilidad. Lo asumo con mucho compromiso. Esto va a repercutir no solo en mi colectivo, sino también otros colectivos que son de los más vulnerables. Efectivamente se marca un antes y un después.

Sara Giménez en el Congreso, ahora usted...¿es una manera de dejar atrás ciertos estigmas respecto al pueblo gitano?

Por supuesto. El pueblo gitano, realmente, carece de referentes. Cuando se aprueba la Constitución aparece Juan de Dios Ramírez Heredia -exeurodiputado del PSOE, entre otros cargos-, que ya fue un referente tanto a nivel político como a nivel social. Pero hay otro condición, y es que las mujeres gitanas somos las invisibles de los invisibles y el que aparezcan no una, sino dos mujeres en las Cámaras es un espejo donde mirarse no solo para las mujeres gitanas, también para el resto de la sociedad. Vamos a dar una imagen diferente al prejuicio y a mostrar lo que realmente somos.

¿No da cierto vértigo?

Hay que matizar en qué sentido. Evidentemente es un reto nuevo con muchas responsabilidad, pero creo que la trayectoria profesional que tenemos (incluye a Sara Giménez) muestra que esto solo es un paso más en el liderazgo. El emponderamiento de las mujeres tiene que ir acompañado de liderazgo y de toma de decisión. Asumimos el reto, pero también es una gran ilusión. Es el momento de las mujeres y es el momento de las mujeres gitanas.

¿Qué cree que debe aprender todavía la sociedad?

A nivel social hay que entender que ya el azar de nacimiento te coloca en una posición de desventaja. No nos paramos a pensar en ello. El pueblo tiene un estátus social bajo y subirse a la igualdad de oportunidades es complicado. Hay que normalizar que somos una cultura con mucho peso en España y en Madrid, que hemos compartido nuestros valores con los vecinos de nuestros barrios. Hemos aportado mucho a la cultura y a la sociedad, y ese reconocimiento no se pone en valor. Con estos pasos en política se va a conseguir.

Coincide además que se viven unos tiempos de tremendo ajetreo político, ¿cómo se mentaliza?

En Ciudadanos hay un gran equipo y ya se hizo, incluso desde antes de la camapaña electoral, mucho trabajo colectivo, de programa. Yo no tengo ningún miedo a nada, estoy totalmente confiada en este equipo y en el proyecto de Ciudadanos y no hay vértigo, al contrario.

¿Quién le convenció para entrar en la lista de Ignacio Aguado y qué le convenció?

Tengo que decir que vengo de una familia conservadora, tradicional, y yo he intentado ir eliminando ese cierto conservadurismo, pero sí que es verdad que mi padre fue Guardia Civil y de alguna manera vas heredando una cierta ideología y luego tú te vas formando. Creo que Ciudadanos es el lugar para mí. Es un espacio de centro, liberal, progresista, que promueve la igualdad, y lo más importante, donde se ha promovido la inclusión. En el resto de partidos no se ha hecho, creo, en la medida en lo que lo ha hecho Cs.

¿Por qué cree que hay tanta gente de la sociedad civil que ha decidido dar el salto a la política?

En mi caso, llevo luchando desde 1998 en muchas direcciones, por la inclusión social, no solamente del pueblo gitano, entonces llega un momento que te encuentras con un tope; no hay más. Conoces perfectamente todo el entramado social, todas las administraciones públicas, y para que las políticas sociales vayan en la dirección que tú estás defendiendo, hay que dar el salto.

Hablamos de la necesidad de que haya más mujeres en primera línea política, ¿sin movimientos como el 8-M esto sería más difícil?

Pues seguramente sí, porque todo lo que se hace, suma. Y todo lo que hagamos juntas, suma todavía más. La ideología del feminismo, o de los feminismos, va en esa dirección: es para todas las mujeres y además contemplando la interseccionalidad.

¿Qué falta en la política? ¿Quizás estar un poco más cerca de la gente?

Por supuesto. Yo estoy aterrizando y no puedo hacer una valoración, pero visto desde fuera queda claro que es muy importante escuchar las voces de todos los ciudadanos, escuchar las necesidad y darle solución a todo lo que plantean.

¿Qué medidas tiene en mente y ve como más necesarias?

Por ejemplo, si me centro en Educación, que es uno de los puntos más importantes en el programa electoral de Cs, el reto es hacer un pacto de Estado. Eso para mí es fundamental. He trabajado y trabajo mucho tiempo en colegios y me doy cuenta de las necesidades que hay: tienen que tener mucho más apoyo en refuerzo educativo, más apoyo hacia el profesorado, la participación de las familias también tiene que mejorar. Hay que luchar también porque los niños no abandonen a edades tempranas, que el absentismo desaparezca. Es fundamental velar por todo eso porque hay que crear una sociedad futura.

¿Crees que la lucha, en concreto del pueblo gitano, tiene que se constante: no está todo conseguido?

Nos levantamos con el estigma cada mañana, y creo que lo más importante es convivir, no coexistir. Alguien que tiene esos prejuicios, tarde o temprano, se calla, porque conoce a la persona.

¿En este sentido fallan un poco también los partidos políticos?

Este reto tiene muchas patitas, no se puede trabajar solo en una misma línea. Una pata es cómo la sociedad acepta al otro, que es diferente, cómo coexisten las diferencias y cómo las incluimos. La sociedad tiene que ir a la par, porque sino el camino va a ser difícil. Las políticas sociales tienen que buscar esa equiparación.

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