Cada día, tres gallegos piden ayuda para frenar el acoso laboral

  • Los jefes hacen "mobbing" para no pagar la antiguedad del despido.
  • El 5% de los trabajadores lo sufren, según la Unión Europea.
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El acoso laboral es una práctica que los empresarios utilizan cada día más para evitar pagar las indemnizaciones por despido. Pretenden que sea el propio trabajador el que, harto, abandone la empresa por su propio pie.

La Asociación Gallega contra el Acoso Moral en el Trabajo recibe cada día tres llamadas de personas afectadas por mobbing. El problema es que esta gente que acude a ellos lleva más de un año siendo maltratada sutilmente, por lo que se encuentra en un estado deplorable y no siempre acaba denunciando.

En los últimos años el número de casos de acoso laboral se ha incrementado notablemente, aunque no se dispone de datos oficiales que puedan estimar el aumento. «Hay muchos casos que el juez no considera mobbing y, además, ahora la gente se está animando más a denunciar su situación. Antes no sabían lo que estaba pasando, era algo desconocido, incluso para los abogados, que no lo sabían abordar», explica Eva Ventín, presidenta de la Asociación Gallega contra el Acoso Moral en el Trabajo.

En muchos casos no son sólo los jefes los culpables del acoso laboral. La falta de valores por parte de los compañeros hace que la situación se extienda en el tiempo sin que nadie ayude.

En otras ocasiones son los propios colegas los que practican el mobbing al realizar prácticas poco ortodoxas en su puesto, como intentar mostrar un exceso de notoriedad delante de los superiores o tener ansias desmesuradas de ascenso.

Vigo acogerá desde mañana hasta el viernes las VI jornadas contra el acoso moral en el trabajo, en las que varios expertos hablarán sobre la salud, los costes o la solución.

¿Dónde están las pruebas?

Una de las grandes dificultades en los procesos judiciales por mobbing consiste en la dificultad de poder disponer de pruebas directas, por lo que los informes periciales se han convertido en una herramienta útil por su indiscutible valor probatorio. Esta problemática está motivada por varias causas, ya que el acoso es un mecanismo engañoso (sutil y envolvente), pues el acosador niega el ejercicio de la violencia y además porque pretende encubrir un fraude. Por este motivo el peritaje (un dictamen que incluya la tasación del daño de la víctima distinguiendo entre los síntomas postraumáticos, los físicos y los específicos de una situación de mobbing) es una prueba fundamental, aunque muy cara para una persona que lleva mucho tiempo de baja.

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