El concejal del ramo en funciones, Javier García, ha explicado que esta medida cuenta "con muchos beneficios y ventajas para controlar las plagas que pueden provocar reacciones en la salud de las personas, como alergias o enfermedades, o que generan suciedad, mala imagen, deslizamientos en las calles e incluso desprendimientos de palmeras y árboles en la vía pública".
"Estamos utilizando para la gestión de la sanidad vegetal una serie de planteamientos y técnicas alternativos al uso habitual de productos químicos fitosanitarios, apostando por métodos sostenibles, biológicos, físicos y otros no químicos, que permiten, entre otras medidas, la lucha contra el picudo rojo, la procesionaria, la cochinilla o el pulgón", ha señalado García.
Asimismo, a través de un comunicado, el concejal en funciones ha destacado que también "se respeta de manera prioritaria la salud de todos los vecinos al realizar los tratamientos con técnicas y productos con nula o escasa incidencia sobre personas, animales y el medio ambiente en general".
Esta iniciativa, en la que el Ayuntamiento invertirá anualmente 175.000 euros hasta 2022, también permite "la conservación, el mantenimiento y la puesta en valor del patrimonio vegetal histórico y monumental de Marbella que, sin duda, es de enorme valor después de las inversiones realizadas en las últimas décadas, siendo referencia en la Costa del Sol y en el resto de España", ha apuntado.
García ha destacado que, además, cumplen "de manera más rigurosa la más reciente legislación europea y nacional en esta materia y mantenemos la promoción de nuestro municipio como ciudad amigable con el medio ambiente y con el bienestar de todos sus visitantes y vecinos".
Por su parte, el asesor responsable de Parques y Jardines, Eloy Ortega, ha detallado que "las labores de control se realizan por personal altamente especializado, emitiendo, de manera periódica, informes de asesoramiento en los que se recogen los problemas y necesidades que se detectan, y proponiendo los protocolos necesarios para su solución".
"Se emplean productos y técnicas similares a los empleados en la producción ecológica para consumo de las personas como la suelta de insectos beneficiosos que actúan sobre las plagas o el empleo de productos que provienen de sustancia naturales orgánicas, imitando el comportamiento de la naturaleza en ambos casos", ha resaltado.
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