El discutido gesto de Donald Trump al poner la mano en la espalda de la reina Isabel II

La reina Isabel II (dcha) y el presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump (izq), presiden una cena de gala en el Palacio de Buckingham, en Londres (Reino Unido).
La reina Isabel II (dcha) y el presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump (izq), presiden una cena de gala en el Palacio de Buckingham, en Londres (Reino Unido).
EFE/STR/POOL
La reina Isabel II (dcha) y el presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump (izq), presiden una cena de gala en el Palacio de Buckingham, en Londres (Reino Unido).

El presidente Donald Trump está inmerso en una visita de estado a Reino Unido en la que, entre otros encuentros, se ha reunido con la reina Isabel II y el resto de miembros de la Casa Real británica.

Este encuentro ha generado mucha discusión sobre el protocolo, pues en un momento dado el presidente de EE UU puso su mano sobre la espalda de la reina, en un gesto que no se contempla en los usos tradicionales del protocolo.

Ambos líderes se elogiaron mutuamente y tras sus discursos Trump le dio unas palmadas en la espalda a la reina, que no pareció incomodarse. Sin embargo es un gesto coloquial que no suele darse con la monarca, de 93 años.

La página werb de la Casa Real establece que "no hay códigos de comportamiento obligatorios al reunirse con la Reina o un miembro de la Familia Real, pero muchas personas desean observar las formas tradicionales", según recoge People.

Si se opta por esto, lo correcto es que los hombres realicen una "reverencia de cuello (solo desde la cabeza)" mientras que las mujeres hacen una "pequeña reverencia". "Otras personas prefieren simplemente darse la mano de la forma habitual", recoge también el manual. Aún así, tradicionalmente se considera que nadie debe tocar a la reina.

Sin embargo, no es la primera vez que se presenta este debate sobre tocar con familiaridad a la reina, pues ya en 2009 Michelle Obama rodeó con su brazo a Isabel II en el Palacio de Backingham, un gesto al que la monarca reaccionó en aquella ocasión con más familiaridad, colocando su brazo al rededor de la cintura de la por entonces primera dama.

Trump ya protagonizó una polémica en una visita en 2018, cuando en un paseo de revista a las tropas él comenzó a caminar delante, dejando atrás a la reina, que tuvo que esforzarse por ponerse a su altura.

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