"Al trabajo ya llego tarde. Me han dicho que tengo coger el bus a Recoletos y de ahí tengo que utilizar Renfe", cuenta Michelle Quintana, empleado de una startup de tecnología. Este pasajero es uno de los más de 200.000 que utilizaban cada día el túnel de Recoletos. Ahora va a tener que dejar de hacerlo durante 6 meses por obras en el subterráneo.

"El cambio quizás se note y haga bien en un futuro, pero ahora me supone más tiempo para ir a la oficina y es un lío", comenta antes de seguir las señales amarillas que indican dónde queda la parada de autobús a la que debe acudir.

Michelle utilizará uno de los 20 autobuses que ha previsto la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) para este periodo. Estos vehículos prestarán servicio de manera gratuita en el intercambiador de Atocha-Renfe, en la parada del paseo de Recoletos, 22 y en la final en paseo de la Castellana, 67, muy cerca de Nuevos Ministerios.

Aunque las frecuencias en hora punta variarán entre los dos y los cuatro minutos, en verano serán más largas por el descenso de usuarios durante estos meses.

A las diez y 20 de la mañana, hora en la que Daniela Bustillo sale de la puerta de Atocha, los buses del servicio especial pasan cada cinco minutos. Daniela viene desde Barcelona porque tiene que hacer un trámite en el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Para ir al edificio de este ministerio, situado en la calle Torrelaguna, Daniela debería haber cogido la línea de cercanías C2 hasta Recoletos. Sin embargo, ahora tiene que coger el autobús desde la estación. "Esto implica que tarde un cuarto de hora o 20 minutos más para llegar mi destino", cuenta molesta.

Ángel Barreda lleva trabajando desde las seis de la mañana en Atocha. Como él hay hasta 200 efectivos más uniformados con un chaleco naranja. Según el momento del día, ocupan un puesto u otro cerca de las puertas y las vías de las principales estaciones de Madrid. "La gente está nerviosa y perdida. Sobre todo, entre las siete y las ocho de la mañana. Esa es la peor hora", explica Ángel junto a un puesto de información.

No obstante, el tiempo que perderán los usuarios estos seis meses durante sus trayectos quedará compensado con la mejora de las catenarias y las vías por las que pasaban un total de 470 trenes por día. Además, Adif modernizará la señalización ferroviaria que controla el tramo del subterráneo.

Este túnel, de 1967, se había quedado muy obsoleto. Las incidencias y retrasos registrados eran lo suficientemente frecuentes para que Adif plantease un cambio. La reforma, que comenzó este domingo y finalizará en noviembre, afectará a las líneas C1, C2, C7,C8 Y C10. Costará 45 millones de euros.

Según informa la empresa pública en un comunicado publicado en su web, en el periodo 2014-2018 se registraron un total de 225 incidencias en el subterráneo, con una media de 28 trenes afectados y 316 minutos de retraso por cada uno de los sucesos.

Alberto Díaz (39 años). "Estaba yendo a una entrevista de trabajo y he visto que tenía que llegar a Recoletos. Me he metido en la estación para coger el Cercanías, he preguntado y me han explicado cómo ir. De momento, solo me afecta hoy porque no soy usuario habitual".

Rebeca García (26 años). "Cada día voy a trabajar desde Alcalá hasta Recoletos. Este cambio ha sido para mí totalmente nuevo, no lo conocía. No creo que esté bien señalizado porque no se ve bien dónde para el servicio gratuito. Además, hay mucha más gente que antes".

Sara Romero (43 años). "¡Esto es un horror! He ido a dejar a mi madre a la estación y, cuando he ido a coger el tren a Recoletos, me han dicho que la estación estaba cerrada. La cosa es que yo no lo había escuchado de ningún sitio. En la estación tampoco está bien explicado".

Alberto Moreno (25 años). "De normal, para ir a la oficina, llegaba a Recoletos por Cercanías, subía una calle y llegaba. Ahora calculo que me costará 15 minutos más. Mientras que no tarde mucho el autobús, no me importa. Si luego el Cercanías mejora, merecerá la pena".

Carlos Martínez (59 años). "Es el primer día que hago el nuevo trayecto. Personalmente, me ha afectado mucho porque yo siempre me bajaba en la estación de Recoletos. Aunque es un cambio para mejor, son obras que van a durar bastante tiempo".

Rosa María Santos (58 años). "Me ha afectado mucho porque antes iba directamente. Aquí en la estación me han ayudado a saber qué hacer, aunque yo ya sabía de antes más o menos de qué iba la cosa. Calculo que me costará , como mínimo, unos 20 minutos más".