Poco más se sabía de él más allá de su físico y su nombre. Desde que hace cerca de un año la revista Semana publicase unas fotografías de Rossy de Palma paseando por Barcelona con su nueva pareja, Koffy, apenas había trascendido cualquier información sobre su oficio.

Pero estos días ambos han desembarcado en el Festival de Cannes, donde ella acompaña a su gran amigo Pedro Almodóvar en la consecución, si así lo quiere el jurado, de su primera Palma de Oro por Dolor y gloria, y han regresado a primera plana.

Amén de que, después de todo este tiempo, ya era hora de saber quién ocupa el corazón de una de nuestras actrices más internacionales, toda vez que verlos juntos es un mirlo blanco, por lo que se puede considerar este certamen como la confirmación pública.

Porque en redes sociales, sin embargo, Rossy de Palma no ha tenido ningún problema en demostrar su amor, con hashtag inventados por ella misma como #koffyrossy.

La intérprete, de 54 años, y a pesar de ser bastante dicharachera y pronunciarse sobre multitud de temas sin pelos en la lengua, siempre ha sido bastante más celosa en lo concerniente a su vida privada.

Eso sí, esta vez, quizá algo cansada de que siempre se hablase del físico de Koffy y no de su profesión, ha respondido a Vanitatis sobre quién es este hombre: se trata de un ingeniero franco-marfileño que actualmente trabaja en misiones humanitarias en zonas de conflicto con diversos organismos oficiales e internacionales. Recién estuvo en Yemen y, antes, en la República Centroafricana.

No solo tiene el amor de Koffy, pues de sobra es sabido que a Rossy de Palma la adoran sus hijos. Gabriel, el mayor (aunque apenas cuenta con 20 primaveras), se está haciendo un hueco en el mundo de la ilustración y así se publicita por Instagram.

Por su parte, Luna Mary, la menor, que acudió con su madre a la última gala de los premios Goya y que causó sensación con su estilismo rosa, ya ha desfilado en la Mercedes-Benz Madrid Fashion Week o aparecido en varias publicaciones del mundo de la moda como Paris Match.

Fue ella la que mejor ha definido quién es Rossy de Palma en la intimidad. "Estoy segura de que mucha gente se pregunta cómo es crecer con una madre como la mía, quien, como todos saben, es actriz, modelo, escritora, diseñadora y creadora en general. Eso está muy claro, pero tengo la sensación de que muchas veces se les olvida que también es humana", comenzaba uno de sus escritos en redes sociales.

"Y como ser humano es humilde, apasionada, benévola, sencilla, original, sincera, poderosa, clara, sin tapujos ni tabúes, maravillosa y única. Aunque solo somos una familia de tres, mi hermano y yo nunca hemos echado nada en falta, porque ella ha cubierto todos los aspectos de la maternidad y paternidad. Siempre nos ha dicho que bajó al infierno por dos ángeles y yo quiero que sepa que ella también es mi ángel. Te quiero, mamá", concluía Luna Mary.

Y es que su madre no para de trabajar. Claro que no solo en nuestro país, porque a Rossy de Palma casi que se la rifan en el extranjero dada su tremendísima calidad como intérprete y  artista.

Así, la actriz, que recientemente ha trabajado en varias producciones españolas (Señor, dame paciencia, Toc toc, A pesar  de todo o Los Rodríguez y el más allá, aún pendiente de estreno) está actualmente terminando de rodar sus escenas para la serie británica Little Birds, adaptación de una serie de relatos eróticos de una escritora de vida tan apasionante como lo fue Anaïs Nin.

Tras ello, viajará a Dakar para una exposición de su obra gráfica y luego tiene confirmada su asistencia al Festival de Cine de Shanghái. En septiembre se estrenará en Italia Mio Fratello Rincorre i Dinosauri, su nueva película, donde comparte pantalla con Alessandro Gassman