A sus 25 años, Raquel del Rosario ha saboreado las mieles del éxito, pero también sus facetas más desagradables. Nacida en Teror, Gran Canaria, el 3 de noviembre de 1982, su afición por la música siempre fue muy grande, hasta el punto que a los 18 años abandonó su tierra natal para intentar en Asturias su sueño de convertirse en estrella de la música.

Esto no llegó hasta algunos años más tarde, pero su fama se disparó cuando empezó a aparecer en los medios como la pareja del campeón de Fórmula 1 Fernando Alonso, con el que se casó en noviembre de 2007.

Actualmente, Raquel del Rosario trata de guardar con celo su vida privada, mientras continúa con su carrera musical.

Ahora es un sueño cumplido pero habrá habido momentos complicados, momentos de pesadilla en los inicios.

Pienso que un poco como todo el mundo. Yo creo que es fundamental empezar desde abajo y saber que hay momentos duros. Que las cosas no se consiguen porque sí y saber valorar lo que es la fama, lo que es el éxito y lo que es estar ahí.

Creo que le gusta decir que no tiene ídolos, que admira mucho pero sin idolatrar a nadie.

Pues no tengo ídolos ni me gusta idolatrar a nadie igual que no me gusta que me idolatren. En mi opinión es más artista que yo un cirujano que es capaz de cambiar un corazón por otro y conseguir que una persona siga viviendo. Creo que no se valora a la gente que realmente hace cosas maravillosas. Nosotros también hacemos cosas buenas y podemos hacer llegar canciones a la gente, pero no me gusta que me idolatren porque creo que nadie merece ser mejor que nadie por su trabajo.

Cogió su primera guitarra con 14 años. ¿Es autodidacta?

Sí. Con 14 años empecé a tocar la guitarra. Mi padre tenía una guitarra antigua en casa y me apuntó los acordes en una cartulina y ahí estuve yo, hasta que no conseguí tocar todos los acordes en una semana no paré. Y así empezaron a surgir canciones, canciones horribles luego ya un poco mejores y bueno, de ahí me viene un poco la música.

A ver. ¿Buenos o malos? Pues soy muy cabezota, muy orgullosa, soy muy constante en el trabajo... Soy muy presumida, muchas cosas...

¿Cuáles son tus miedos?

Yo creo que la soledad quizás sea lo más horroroso que pueda haber.

¿En qué cree más, en el trabajo o en la suerte?

Creo en el trabajo bien hecho pero también creo un poco en la suerte. Creo que hay gente que trabaja muchos años y sin embargo no han tenido esa suerte de que alguien se haya fijado en ellos como nos pasó a nosotros. Así que es importante trabajar, pero seguramente si no estás en el día o el momento indicado seguramente no vas a llegar a ese nivel que todos esperamos alcanzar algún día.

¿Qué es más importante: tener fortuna o ser afortunado?

Supongo que ser afortunado porque al fin y al cabo las cosas materiales no llegan a dar la felicidad, sin embargo ser afortunado yo creo que sí.

¿Ha tenido que renunciar a algo por culpa del éxito?

Supongo que la fama tiene un precio y lo que más he notado ha sido la falta de anonimato, pero bueno, al final compensa y si ese es el precio a pagar se paga y ya está.

¿Cómo hace para mantener los pies en el suelo y no dejarse llevar por el éxito de ahora mismo?

Yo creo que es lo que te decía antes, aprender a valorar lo que tienes, a lo que has llegado... Nosotros hace muchos años tuvimos otro grupo y nadie apostaba por nosotros. Sacamos un disco que tuvimos que pagar de nuestro bolsillo, tuvimos que pedir un préstamo al banco. No terminamos de pagar el préstamo hasta que no acabamos la primera gira con El Sueño de Morfeo y yo creo que eso te hace valorar el trabajo y que no se te suba a la cabeza porque hoy estás aquí y mañana puede que no. O sea que vivir el momento con los pies en la tierra y no creerte más que nadie.

¿Es coqueta?

Sí, soy muy coqueta.

Me gustan porque tienen de muchos estilos distintos y como te digo, yo suelo usar muchos tipos y ellos tienen todo tipo de gafas y bolsos y la verdad es que me encantan.