Australia podría perder uno de sus iconos y el mundo una de sus exóticas especies. Los koalas y el hábitat en el que viven sufren desde hace tiempo una situación de profunda amenaza, agravada con el paso de los años, hasta el punto de que podrían estar "funcionalmente extintos", de acuerdo con un comunicado emitido por la Australian Koala Foundation (AKF).

La destrucción de los hábitats del koala y la desaparición de los eucaliptos, que constituyen su principal sustento, son las principales amenazas para la supervivencia de estos animales. En muchas ocasiones, son el avance de la industria y la urbanización, que invade el espacio natural de estos marsupiales, los que los ponen en peligro.

La ha revelado que, según sus estimaciones, tan solo quedan 80.000 ejemplares de esta especie en Australia. Esta cifra representa apenas el 1% de los ocho millones que fueron abatidos entre 1890 y 1927 por su piel y enviados a Londres.

Asimismo, la Asociación asegura que, tras haber monitorizado desde 2010 los 128 distritos electorales que se encuentran dentro del hábitat del koala, la especie ya ha desaparcido de 41.

Para luchar contra esta situación, la AFK ha enviado cartas al primer ministro australiano, Scott Morrison, y al líder de la oposición, Bill Shorten, para solicitar su colaboración en la lucha por la salvación del koala, para las que no ha obtenido respuesta.

Asimismo, la presidentea de la AFK, Deborah Tabart, ha pedido al futuro primer ministro del país, que saldrá elegido de las urnas el próximo 18 de mayo, que ponga en marcha el Programa de protección del koala, que ya fue elaborado en 2016.

"La difícil situación del koala recae ahora sobre sus hombros", apunta.

Tabart asegura en el comunicado que ha trabajado con diferentes ministros de Medio Ambiente y ninguno ha mostrado compromiso por conservar esta especie, sino que han aducido las excusas "más peregrinas" para no adoptar ninguna medida.

"Sé que el público australiano está concienciado de la necesidad de proteger a los koalas y está cansado de encontrar koalas muertos en las carreteras", sentencia, a la vez que reivindica que no puede perderse este icono de la isla y niega que los zoológicos sean la solución.

La extinción funcional a la que se enfrentan los koalas consiste en la reducción de la población hasta tal punto que ya no desempeña un papel relevante en el ecosistema en el que habita.

Este término también puede hacer referencia a que una población ya no es viable. Esto implica que no hay individuos capaces de reproducirse o que la escasa cantidad crías no será capaz de sostenerse debido a la endogamia y a la deriva genética.

Otros animales funcionalmente extintos son el delfín baiji, el rinoceronte blanco del norte, el carpintero real, la musaraña de la Isla de Navidad, y la tortuga de Swinhoe.