El obispo de Orihuela-Alicante, Rafael Palmero, encabezó el tránsito que tiene como momento fundamental el encuentro en la calle Reina Victora de la talla de la patrona de Elche con su hijo resucitado. No obstante los más pequeños también volvieron a ser protagonistas, puesto que son ellos los encargados de recoger las “aleluyas” y los caramelos que, desde hace unos años ya no se lanzan, sino que se entregan en mano.

Sustitución en la Trencà del Guió

Este año será de bienes para Elche. Así lo asegura la tradición originada a finales del siglo XVI por la que los distintos gremios profesionales de la ciudad y, en especial, su nobleza rendían homenaje a la Virgen de los Dolores blandiendo una bandera negra o “Guió, que, en su tercer vaivén, debía quedar rota por el mástil. Así sucedió el pasado Viernes Santo y la costumbre indica que los próximos doce meses serán de prosperidad.

No fue Antonio Campos sino Victoriano José Sánchez, titular de Artes Plásticas, la persona encargada de proceder a la histórica tradición. Pocos días antes de la fecha señalada, el titular de la tripleta de la “Trencà del Guió” fue hospitalizado por lo que Victoriano tuvo que sustituirle, afortunadamente y aún a pesar de “no tener tiempo de ensayar”, todo salió según lo establecido, para alegría de todos los habitantes de Elche.

Desencuentro cofrade

No sucedió igual en la noche del Jueves Santo. Esa jornada estaba previsto el encuentro entre el Cristo del Perdón y la Mater Desolata en las inmediaciones de la parroquia del Sagrado Corazón, pero finalmente no se llevó a cabo en virtud a desavenencias entre ambas cofradías. Así que estupefactos quedaron los numerosos espectadores que se habían congregado en la confluencia de Marqués de Asprillas con Reina Victoria al comprobar que el tradicional encuentro se transformó en una mera reverencia.

Al día siguiente Mater Desolata remitió un duro comunicado de prensa en el que achacaba el “desencuentro” a los cofrades del Cristo, quienes habían solicitado adelantar al otro paso a fin de que un alto cargo eclesiástico participante llegara a tiempo del tradicional acto de indulto a un preso. Pero ni denominándose una cofradía como del “Cristo del Perdón”, ni perteneciendo la otra a la “Hermandad de la Reconciliación” fue posible el entendimiento, para bochorno del resto de cofrades e ilicitanos.

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