La participación en estas elecciones generales ronda el 75,7%, lo que supone unos 9 puntos porcentuales más que en 2016, cuando fue del 66,48%. De este modo, se ha conseguido en estas elecciones la mayor participación del siglo XXI. Estos datos aún son provisionales, ya que falta por incluir el voto de los residentes en el extranjero.

Se trata además del cuarto mejor porcentaje de participación desde las elecciones del 79, únicamente superado por las elecciones de 1982 (79,97 %), las de 1993 (76,44 %) y las de 1996 (77,38%). En 2004 se produjo una participación similar (75,66%).

La participación alta se ha ido intuyendo durante todo el día. A las 18.00 horas era del 60,7%, una cifra 9,5 puntos superior a la registrada en las elecciones del 26 de junio de 2016, cuando a esa misma hora era de un 51,21%. A las 14:00 horas, se situaba en el 41,49%, lo que suponía 4,62 puntos más que en 2016.

El porcentaje ha sido superior en la mayor parte de Comunidades Autónomas, siendo especialmente alta la movilización en Cataluña. El aumento ha sido finalmente de más de 10 puntos, situándose en el 77,58%. A las 18.00 horas, ese dato se disparaba 17,8 puntos.

Por otro lado, los territorios menos participativos han sido Ceuta y Melilla, que habitualmente tienen las tasas más altas de abstención en las elecciones generales.

Más de 36,8 millones de españoles estaban llamados a las urnas este 28 de abril para elegir a sus representantes en las Cortes Generales, 208 senadores y 350 diputados, lo que supone casi 400.000 de electores más que en los comicios generales de junio de 2016.

Son además unas elecciones históricas para las personas con discapacidad intelectual, que han recuperado por vez primera en estos comicios su derecho al sufragio pese a que están incapacitadas judicialmente. Eso supone casi 100.000 votos más.