Manuel Enríquez es el presidente de la Junta de Semana Santa de Ávila desde hace algunos años y ahora nos comenta cuál es la situación de esta fiesta religiosa en Ávila y qué novedades podemos encontrar este año en un evento declarado de Interés Turístico Nacional.

¿Es importante la declaración de la Semana Santa abulense como de Interés Turístico Nacional?

La declaración de Interés Turístico Nacional, que se hizo hace tres años, puede haber influido en la presencia de un mayor número de personas, aunque también creo que la gente se ha fijado en la Semana Santa de Ávila, cosa muy lógica, porque la Semana Santa en general va a más y porque Ávila tiene otra serie de alicientes alternativos.

¿Cómo ha evolucionado en cuanto a visitantes en los últimos años?

Se dice que a las procesiones asiste una cantidad de gente que asistían los días festivos, Jueves, Viernes y Sábado Santo, y el domingo se empezaban a ir a sus lugares de origen. Pero ahora, las procesiones se ven muy arropadas durante toda la semana, no sólo esos tres días.

¿Hay alguna novedad este año en las procesiones?

Sobre todo, destaca la recuperación de la cofradía de la Juventud Antoniana, por el pacto del convento de San Antonio, que salen en procesión de nuevo con los jóvenes de la cofradía, entre 80 y 100 chavales, chicos y chicas, de entre los 6 y los 16 años de edad y que salieron el Domingo de Ramos con un paso a hombros de una imagen de la Virgen que se venera con el nombre de Nuestra Señora de los Infantes, imagen que acompaña a La Borriquilla, y el Martes Santo, acompañando a la procesión de Medinaceli.

Y en los itinerarios, ¿Habrá cambios?

Los Itinerarios son prácticamente los mismos que el año pasado, excepto la procesión del Jueves Santo, que recupera el recorrido intramurallas, y la procesión de La Borriquilla, que en lugar de salir de La Catedral y bajar hacia la avenida de Portugal para subir por la calle Arévalo a la plaza de Santa Ana, lo va a hacer bajando San Segundo, plaza de Santa Teresa, Duque de Alba, Comandante Albarrán hasta la plaza Santa Ana.

¿Cómo ven desde la Junta esta Semana Santa?

Esperemos que todo salga bien, tenemos buenas expectativas con todas las procesiones y, hasta ahora, los actos que se han celebrado han tenido un resultado muy satisfactorio.

¿Hay temor en cuanto a la lluvia después de que el año pasado se suspendieran varias procesiones?

En algunos momentos, como en caso de lluvia, es preferible no salir, aunque sea doloroso. Sería tener muy mala suerte que lleve un año sin llover y lloviese en Semana Santa, pero ya sabemos como es la meteorología aquí. La lluvia es un verdadero problema, hay mucha imaginaría que se está restaurando y exponerla a los chaparrones de los últimos años es una pena: los mantos encogen, las imágenes se resquebrajan, la policromía se pierde. Cuando hay que suspender una procesión por la lluvia, se vive mal porque es el trabajo de todo un año, tanto desde la Junta como desde la propia cofradía, que se estropea en un momento, pero cuando no queda otro remedio, hay que suspender.

¿Qué nos puede decir de las cofradías abulenses?

Lo importante que hay que tener en cuenta es que el número de cofrades que saldrán este año no ha disminuido, y estamos de suerte, ya que, en los últimos años, son muchos los jóvenes que se incorporan a ellas lo que nos da esperanzas de que esto no se quedará en nosotros, que ya vamos cuesta abajo.

¿En qué situación se encuentra el Museo de Semana Santa?

Ahí está, sigue su curso, se siguen dando en pasos para poder ponerlo en marcha. Es un proyecto tremendamente ambicioso, con muchas dificultades que salvar y ahí sigue. En el momento en que haya acciones concretas, seréis los primeros en saberlo.

¿Qué tal ha sido el nivel del concurso de fotografías de Semana Santa de este año?

El concurso de fotografías, cuya exposición está en la Casa de las Carnicerías y se inauguró el día 29, acoge este año 73 fotografías, cuando el volumen normal de trabajos presentados oscila entre los 40 y 50, el año que más había habido fueron 60, así que muy satisfechos. El nivel es bastante bueno, bastante aceptable, aunque echamos de menos desarrollar la imaginación del autor, ya que hoy se puede trabajar con sistemas digitales y hacer unas composiciones que quienes participan no tienen aún muy asentadas, ya que se centran en hacer fotografías de los pasos en la calle y hay infinidad de motivos que se quedan escondidos. A ver si los vamos sacando poquito a poco.

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