Este jueves es el día del IPC disparado. Se confirma que los precios subieron dos décimas en febrero y que estamos ya en el 4,4%, el peor dato desde el año 1995.

El carro de la compra pesa más que nunca. Bajó en febrero el pescado fresco, el pollo, el cordero y la leche, pero los consumidores no lo notan, porque subieron bastante los alimentos elaborados. De hecho, la inflación general sigue repuntando.

El mes pasado aumentó dos décimas, hasta el 4,4%, la tasa más alta desde noviembre de 1995. Aunque se notó el efecto rebajas, el subidón de los carburantes tira hacia arriba del índice. El Gobierno insiste en que los precios bajarán en primavera, pero reconoce que el petróleo lo pone difícil.