Este método se caracteriza por ejecutarse al descuido de sus víctimas, aunque los autores no dudan en emplear la violencia, si ello fuese necesario, informa la Comandancia en un comunicado.

Los agentes que estaban en la avenida Gibraltar observaron cómo una mujer hablaba con el hombre y realizaba "muchos aspavientos" y le abrazaba "repetidamente de manera efusiva, incluso, exagerada". Esta joven también le cogía la muñeca izquierda "haciendo movimientos bruscos y muy repetitivos".

Había un vehículo estacionado en las inmediaciones, con el motor en marcha y con el ocupante estaba en actitud vigilante, al parecer esperando a la mujer. Los guardias civiles sospecharon así que podía tratarse de un posible hurto mediante el método conocido como el 'abrazo'.

Ante esta posibilidad, interceptaron a la mujer e identificaron a la supuesta víctima: un ciudadano británico de 72 años que portaba un reloj de oro de una prestigiosa marca, valorado en 9.000 euros. Otro agente identificó al conductor del vehículo que estaba a la espera. Se trataba del marido de la mujer identificada.

La sospechosa tenía en vigor una orden de detención por un robo con violencia e intimidación en Dénia (Alicante) en el que intentó sustraer un reloj a un hombre de 71 años, a quien le causó diversas lesiones como consecuencia del hurto.

Días antes también se le había imputado otro presunto delito de hurto en la localidad alicantina de Moraira, también a un anciano, a quien le sustrajo una cadena de oro con un crucifijo valorada en 1.500 euros, por lo que ya fue detenida.

Por todo ello, la Guardia Civil procedió a la detención del matrimonio, ambos de 32 años, nacionalidad rumana y con numerosos antecedentes por hurtos y robos relacionados con este método y cometidos en varias provincias. Los dos han quedado en libertad con cargos y a la espera de juicio.

EL 'ABRAZO'

En este método, los autores dividen sus roles: una persona se queda esperando en el vehículo para huir rápidamente del lugar mientras que otra, normalmente una mujer, aborda a la víctima, elegida de forma previa, habitualmente una persona de avanzada edad, y a poder ser extranjera, detallan desde la Benemérita.

Seguidamente, entabla una conversación con la víctima, preguntándole por alguna dirección o diciéndole que es amiga de algún familiar suyo para que le facilite los datos. Durante la conversación, la autora le prodiga "exageradas y repetitivas muestras de cariño", cogiéndole de la mano o abrazándole si observa que lleva reloj, pulseras, anillos o collares.