El cine y la televisión descubrieron el talento de la actriz argentina. Aunque la pantalla siempre ha sido su medio, Nalatalia Verbeke inicia con el teatro una nueva etapa en su carrera profesional. Con Dos mas dos suma ya su tercera obra teatral que compagina junto al drama Espía a una mujer que se mata. Debe ser verdad eso de que "el teatro le da libertad"...

¿Es más difícil hacerse un nombre en el teatro que en el cine?

No lo sé. Creo que cuando llevas mucho tiempo haciendo cine es complicado meterse en el circuito del teatro. Pero no me he sentido rechazada, ni con obstáculos. Creo que me han acogido muy bien y me siento muy cómoda aprendiendo cada día más.

¿Qué le ofrece el teatro que no le da la pantalla?

Mucho. Me da la oportunidad de visitar a mi personaje de manera cronológica, cosa que en el cine o en la televisión no. Puedo probar y arriesgar, en cambio, en cine es una toma y queda para siempre. Incluso puedo ver qué pasa si hago algo loco. El teatro me da libertad.

Además, asegura que ofrece más oportunidades para las mujeres que el cine...

En el teatro la mujer no tiene edad como puede tenerla en la televisión o en el cine. Con lo cual, puede acceder a diversos papeles. Además tienen más entidad. Muchas veces en cine eres la mujer de alguien o la vecina del otro porque suele ser una industria con mas papeles masculinos.

¿Qué ha supuesto para usted unirse a la obra?

Una ilusión enorme, sobre todo, porque estoy a la vez de gira con Espía a una mujer que se mata, y claro, es un dramón. Es una suerte encontrarme con David, con quien no trabajaba desde Días de fútbol y que sea como el último día.

¿Cómo es compaginar el drama con la comedia?

Es muy gratificante porque uno es teatro puro y otro comercial. Es un máster y una maravilla poder estar en trabajos tan distintos y poder compaginarlos a la vez.

¿Se le da mejor llorar que reír?

Es más difícil reír que llorar en escena. El llanto es más fácil; la risa tiene que tener una espontaneidad que es más complicada. A veces me sale una mueca en vez de una risa [se ríe].

En las obras suele haber varios actores de reparto. ¿Cómo es salir a escena con distintos compañeros según la función?

Lo importante es que en el escenario y en los ensayos haya una escucha para poder trabajar juntos. Porque tú creces cuanto mejor actor es el otro. O sea, cuanto mejor es Kira en escena mejor estaré, porque ella es la que hace mi personaje, no yo. Por eso, ella es mi espejo.

¿Estaría dispuesta al intercambio de parejas, como lo está su personaje?

¡No! No estoy tan abierta ni tan evolucionada... [se ríe].

¿Qué papel sueña con interpretar?

Sueño con ese papel que me toque, me desgarre, me haga reír, llorar...pero en realidad no sé si está escrito. Me gustaría interpretar a Lorca, por ejemplo.

Nació en Buenos Aires, Argentina, en 1975; vive en Madrid desde los 11 años. La fama se la dio la pantalla (ha actuado en 19 películas y ocho series). Esta es su tercera obra de teatro.

Esta comedia teatral trae a escena el ardiente debate sobre el intercambio de parejas. Adrián y Julieta (Antonio Hortelano y Natalia Verbeke) es un matrimonio que cree estar felizmente casado hasta que sus íntimos amigos Tomás y Silvia (Álex Barahona y Kira Miró), una pareja poco convencional, les invitan a sumarse al mundo swinger. Lo que no saben es lo que esto supondrá para todos ellos...