Apenas un 3% de las 1.820 prostitutas que ejercen en Euskadi ofrecen sexo en la calle, según un reciente estudio de Emakunde, pero, en Bilbao, el oficio sólo se podrá desarrollar en lugares privados.

La nueva ordenanza municipal que prohibirá la prostitución en vía pública a partir del verano sancionará con importantes multas –aún por determinar– a las profesionales, y «con más intensidad» a los clientes. En Barcelona, donde ya hay una normativa,  las sanciones a los clientes alcanzan los 3.000 €. En Madrid, se queda en advertencia.

Para prohibir la prostitución en la calle, el Ayuntamiento ha recurrido a sus competencias urbanísticas, las mismas que regulan «la instalación de mercadillos», según expuso el concejal de Seguridad Ciudadana, Eduardo Maiz, en el pleno municipal de ayer.

El alcalde, Iñaki Azkuna, aseguró, por ello, que la normativa está «cogida con pinzas». «La prostitución en España no es ilegal, y de eso se trata; es un problema de legalidad, porque el Ayuntamiento no la va a erradicar», aseguró.

El PP propuso en el pleno la colocación de cámaras en Miribilla para erradicar la prostitución de la zona, a lo que el Gobierno local se negó, por ser «desproporcionado».

14 cámaras para San Francisco

Estarán instaladas para finales de año entre el puente de Cantalojas y la plaza Corazón de María Ô Un total de 14 cámaras de videovigilancia controlarán la delincuencia en los 500 metros de la calle San Francisco.

El Ayuntamiento bilbaíno recurrirá, finalmente, a la videovigilancia en esta calle como medida «absolutamente excepcional», y en ningún caso se instalarán en cualquier otra zona de la ciudad.

Las cámaras tratarán de frenar la alta delincuencia. Mientras en San Francisco hay una tasa de 107 delitos por cada 1.000 habitantes, en el conjunto de Bilbao contabiliza unos 40 delitos por cada 1.000 habitantes, menos de la mitad.

Con una inversión de 320.000 euros, las cámaras estarán colocadas a lo largo de la calle y en las esquinas para abarcar más terreno.

Su objetivo también es disuasorio. El concejal de Seguridad Ciudadana, Eduardo Maiz, reconoció que si los delincuentes conocen la ubicación de las cámaras, pueden irse a otras zonas de Bilbao. m. romero