Hasta 26 premios se repartirán esta noche en la Gala de los Goya, una cantidad que pone a la Academia de Cine en un brete cada año: lograr que el espectáculo no duerma al público y se prolongue hasta entrada la madrugada.

Durante los últimos años, la excesiva duración del evento ha sido uno de los puntos más criticados por el público: el volumen de premios, los discursos de agradecimiento que se van más allá del tiempo estipulado o los números musicales que se alargan, alargan y alargan están entre los factores que hacen volar las manecillas del reloj.

Todo hace presagiar que las tres horas no se las quitará nadie. Viene a ser la media de las últimas galas, esa frontera de los 180 minutos que cuenta con sonadas excepciones. En 2015, y bajo la batuta de Dani Rovira, los Goya se prolongaron casi hasta las cuatro horas, acabando a las dos de la madrugada. En el otro extremo, las dos horas y cuarto que bastaron a Carmen Machi y Muchachada Nui para resolver los galardones de 2009.

En esta ocasión, se ha vuelto a hacer hincapié a todos los aspirantes a premiados para que reduzcan sus intervenciones y se ciñan al tiempo previsto. Al quite estarán atentos los dos maestros de ceremonias, Silvia Abril y Andreu Buenafuente. De ellos depende que al filo de la madrugada la sonrisa derrote al bostezo.