La contaminación baja en la Comunidad pese a los puntos negros de Madrid y Coslada

  • Los datos de polución asociados al tráfico rodado mejoraron durante todo 2018.
  • La meteorología ayudó a limpiar el aire; también en la capital, que volvió a incumplir los límites permitidos.
  • En la red autonómica, la estación cosladeña fue la única que los superó, seguida de Leganés y Fuenlabrada.
Las Cuatro Torres, bajo una nube de contaminación, el pasado 31 de diciembre.
Las Cuatro Torres, bajo una nube de contaminación, el pasado 31 de diciembre.
Juan Carlos Hidalgo / EFE
Las Cuatro Torres, bajo una nube de contaminación, el pasado 31 de diciembre.

Las comarcas del Sur, del Corredor del Henares y del Noroeste presentan, aunque con diferencias, las tasas más elevadas de polución por dióxido de nitrógeno registradas por la red regional, independiente de la capitalina. Esta sustancia, que mana de los tubos de escape de los coches diésel y responsable de afecciones respiratorias, es uno de los principales indicadores de la calidad del aire y su concentración determina que se apliquen restricciones a la movilidad.

Ahora bien, según los últimos datos recopilados por el Ejecutivo regional y a los que ha tenido acceso 20MINUTOS, 2018 dio un respiro a la contaminación del aire. Desde 2010, es obligatorio cumplir con los valores límite fijados por la Unión Europea so pena de multimillonaria multa. Y, aunque la boina está lejos de diluirse, con cifras cerradas a 26 de diciembre, la Consejería de Medio Ambiente solo detectó en todo el año pasado un punto negro: Coslada, una burbuja cartográfica subsumida en los contornos de la capital que elabora su propio protocolo para estas emisiones.

El medidor instalado junto al polideportivo Valleaguado de este municipio alcanzó los 41 microgramos de NO2 por metro cúbico de media anual, un punto por encima de la frontera numérica a partir de la que la legislación ve un problema de salud. Para el Ejecutivo, esta diferencia con el tope máximo se puede atribuir a cuestiones técnicas, al ser "inferior al valor de incertidumbre" metodológico. En 2017, fue de siete puntos más.

Bajadas también en la capital

Esa es una de las principales conclusiones del informe anual que aún no se ha publicado oficialmente. Quedan por conocer todos los datos y, a día de hoy, el mapa solo está completo a fecha de 31 de octubre. Tras Coslada, y a falta de incorporar los registros de los últimos dos meses (habitualmente más nocivos), las estaciones de Leganés (34), Fuenlabrada (32) y Getafe (31) aparecen al borde de ese umbral de 40 microgramos que han pasado en otras ocasiones.

Comparados estos números con los de Madrid, donde también se han registrado caídas interanuales, esa referencia se superó en siete de sus 24 estaciones en 2018, informa Efe. Fueron la mitad que el año precedente, pero, en todo caso, una nueva ilegalidad que, esta vez, Europa ha dejado sin sanción a la espera de los resultados de las iniciativas en la materia impulsadas por Ahora Madrid; a saber: la actualización de su plan contra las emisiones y la puesta en marcha de Madrid Central.

Frente a estas tasas, destacan en el extremo opuesto El Atazar (4), Orusco (4) y San Martín de Valdeiglesias (7). Estos centinelas del norte y las cuencas del Tajuña y el Alberche reflejaron los estándares más saludables.

El problema del ozono

Ante al aumento de las ventas de vehículos o el final de la crisis económica, la razón de esta mejoría generalizada no parece política. Al menos, no es achacable a la eficacia del protocolo regional, en revisión después de que no se haya activado ni una sola vez desde su aprobación. La inestabilidad atmosférica ha sido una aliada frente a un 2017 "meteorológicamente muy desfavorable para la ventilación", asume la Comunidad.

El año pasado, casi todos los contaminantes regulados siguieron esa tendencia y marcaron niveles permitidos. De hecho, evaluado el propio NO2 de forma horaria –el otro tipo de prospección de los cielos que sirve a las administraciones para activar o no sus protocolos–, las cifras que Medio Ambiente ha enviado al Gobierno central recogen un cumplimiento "holgado" de las exigencias.

La única nota discordante es el ozono, el único contaminante que se anotó tasas por encima de lo establecido, sobre todo en verano. No hay un plan de restricciones para combatirlo, como ocurre con el NO2. Por el momento, el Ejecutivo investiga sus desencadenantes y la inauguración de una nueva estación en el Puerto de Cotos para la red recabará nuevos datos con los que trabajar.

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