La investigación se inició tras tener conocimiento de que en el centro de la localidad un grupo de personas, pertenecientes a una misma familia, había okupado unas viviendas de manera ilegal. Al lugar acudían los compradores para adquirir y consumir las dosis de droga.

Igualmente existían quejas vecinales debido a los comportamientos incívicos de compradores que, entre otras cosas, aparcaban en doble fila y llegaban a discutir y pelearse en plena calle a cualquier hora del día y de la noche, según ha informado la Policía Nacional en un comunicado.

Tras varias pesquisas los investigadores localizaron tres pisos okupados por una familia. Centrada la investigación en torno a los moradores de los inmuebles, los agentes averiguaron que todos ellos pertenecían a una misma familia.

Los investigados habían elaborado una compleja organización criminal liderada por una mujer -matriarca- que, además, era la encargada de cortar la droga y preparar las dosis. Esta labor era desarrollada en una vivienda cercana que utilizaban como 'guardería'.

Para la distribución de la droga a los pisos, la red utilizaba a varios de sus miembros, preferentemente menores de edad, que además realizaban labores de vigilancia y traslado. Los investigados, tenían controlado el tiempo que empleaban desde la 'guardería' hasta los puntos de venta, de manera que si por cualquier motivo se demoraban, otros miembros salían inmediatamente en su apoyo y control.

En la operación -que ha finalizado con la detención y puesta a disposición judicial de siete personas, una de ellas menor, por su presunta implicación en los hechos- se han practicado tres registros en los que se han intervenido, entre otros efectos, 85 gramos de cocaína, 2,3 de heroína, 34 de hachís, dos balanzas de precisión, una motocicleta y 1.204 euros en efectivo.