Bernardo Bertolucci: Oda al amor y a la Historia

El director italiano Bernardo Bertolucci, en Cannes.
El director italiano Bernardo Bertolucci, en Cannes.
Sebastien Nogier / EFE
El director italiano Bernardo Bertolucci, en Cannes.

Iba para poeta. Pero Bernardo Bertolucci eligió que sus palabras y versos adquirieran imagen y movimiento en la gran pantalla. Tras toda una vida dedicada al celuloide el genio cineasta se ha despedido a los 77 años de edad poniendo punto y final a una vida de, por y para el cine.

Al menos dos de sus películas son todo un hito: El último tango en París yEl último emperador, con la que ganó nueve Oscar de la Academia.

  • Trailer original de El último tango en París:
  • Trailer de El último Emperador:

Una fuerte carga erótica y política

El conformista, de Bernardo Bertolucci Para Bertolucci, empezar una nueva película era como intentar reinventar el cine. Sus inicios fueron de lo más prometedores con dos de sus obras más sólidas: Investigación en torno a una prostituta (La commare seca, 1962) y Partner (1968), inspirada libremente en El doble, de Dostoievski.

En el mismo año, 1970, estrenó La estrategia de la araña , adaptando a Borges, y El conformista (foto), una aproximación al fascismo que fue candidata al Oscar al mejor guión adaptado.

El último tango en París, de Bernardo BertolucciEl sexo, las primeras atracciones amorosas, los personajes cotidianos con un gran acontecimiento Histórico como telón de fondo, o figuras de especial grandeza conforman las temáticas preferidas, en un cineasta, muy comprometido con su férrea ideología de izquierdas.

Y, en otros temas, también ha sido capaz de causar un buen revuelo. Allá por 1972, míticas son las colas de españoles en los cines de la localidad francesa de Perpiñán para ver lo que la censura del momento aún no les permitía: El último tango en París (foto), con Marlon Brando y Maria Schneider .

Con Novecento (1976), quizás su film más ambicioso, narraba casi 80 años de la historia de Italia, a través de un campesino revolucionario y un burgués aliado pasivamente con el poder; Robert De Niro y Gérard Depardieu fueron sus protagonistas.

El último emperador, de Bernardo BertolucciMezcló la música de Vilvadi y una relación incestuosa entre una cantante de ópera y su hijo adolescente en La luna (1979). La seguiría otra película muy personal, La tragedia de un hombre ridículo (1981), un estudio de la realidad italiana del momento.

Pero su gran consagración llegó en 1987, con la brillante factura y el excelente relato de El último emperador (foto), con el que iniciaría una serie de proyectos de gran presupuesto como El cielo protector (1989), adaptando una novela de Paul Bowles, con el tema del viajero por naturaleza y una pareja protagonista, John Malkovich y Debra Winger , intentando dar un nuevo sentido a sus relaciones.

Soñadores, de Bernardo BertolucciLos sucesos de la plaza de Tiananmen, en junio de 1989, parecieron alejar a Bertolucci de sus ideales comunistas. Entonces decidió mirar hacia el budismo con Pequeño Buda (1993), y un joven Keanu Reeves encabezando el reparto.

Luego, al despertar sexual de una joven en el marco campestre de la Toscana Italiana en Belleza robada (1996), que significó el lanzamiento de Liv Tyler , la hija de Steven Tyler, de la banda Aerosmith .

Con Asediada (1998) volvió a un presupuesto bajo y una historia intimista centrada en un profesor de piano enamorado de su asistenta extranjera.

El mundo del cine llorará la pérdida de un cineasta legendario que ha dejado escritas sus iniciales con mayúsculas.

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