Cuando en el año 2012 el huracán Sandy pasó por Nueva York, Laurie Anderson se convirtió en una víctima más de sus devastadores estragos. El sótano de su casa se inundó y con él se fueron al traste todos sus equipos de música, recuerdos y material artístico recopilados durante décadas. Lejos de llorar su desaparición, la artista logró transformar su pena y desolación en creatividad. El resultado de todo ello es un libro, All the Things I Lost in the Flood (Todas las cosas que perdí en la inundación, Rizzoli, 2018), que aborda, entre otras cosas, el tema de la pérdida.

"Se trataba de analizar qué pasa cuando pierdes cosas, cómo lo encajas, a veces es bueno perder ciertas cosas, como la timidez, a veces te da igual y a veces lo lamentas cada día de tu vida", señala Anderson, que tan solo un año después tendría que despedir a su marido y pareja durante dos décadas: el músico y fundador de la mítica The Velvet Underground, Lou Reed.

De aquel desastre doméstico la artista sacaría varias cosas en claro. Entre ellas, "que todo cambia todo el rato" y por tanto "no debes intentar aferrarte a las cosas, porque las cosas se van. Eso es lo que me llevo, eso y no tener que volver a limpiar el sótano", bromeaba.

Lúcida, pausada, inclasificable y mito viviente para los que aprecian la experimentación, las interconexiones artísticas y la performance, Anderson visita esta semana Madrid para participar en la sexta edición del Festival Rizoma (www.rizomafestival.com) con diversas actividades. Y la primera parada de este periplo ha sido una performance en el Museo Reina Sofía -titulada como este libro- que se celebró ayer tarde y agotó las entradas con varios días de antelación.

En ella, retoma estos recuerdos borrados por el agua de sus cuarenta años de trayectoria para hablar sobre la pérdida, la memoria y la narración. Una conferencia performativa única, ya que no se realizarán más en España, en la que se incluyen proyecciones multimedia, intervenciones sobre la voz y el lenguaje digital, reflexiones sobre obras históricas (desde óperas a instalaciones) y que extiende sus tentáculos más allá de lo meramente personal: "En Estados Unidos pensamos que nunca perderíamos la democracia y sin embargo ahora cada día vemos que no es tan estable", dice.

Aunque asegura que "no me gusta decir a la gente lo que debe pensar o decir", el compromiso de Laurie con su tiempo es indiscutible. Cantante, violinista, poetisa, artista experimental que ha combinado con éxito la música electrónica, el cine, las artes visuales y la performance, la totalidad de su obra ha reflexionado sobre el lenguaje, la política norteamericana, el rol de los sexos y la civilización occidental moderna en su conjunto. Sin ir más lejos en su tercer álbum, United States Live, diseccionó con maestría diferentes aspectos de la vida americana como el dinero, la política y el amor.

La música, quizás, ha sido su faceta más conocida pero no la única. Más allá de sus diez álbumes y el éxito de su primer single, O Superman, que llegó a número dos en las listas de éxito británicas: ha recorrido el mundo con sus espectáculos de spoken word y sus performances multimedia - una de éstas fue Songs and Stories from Moby Dick inspirada en la novela de Melville-, ha explorado el mundo del cine como realizadora de películas y vídeos, ha presentado su obra visual en museos como el Whitney de Nueva York o la Biennal de París, ha inventado varios instrumentos como el violín de arco de cinta e, incluso, ha sido la primera artista en obtener una residencia en 2002 en la NASA por su constante investigación sobre tecnología. Su viaje creativo prosigue esta semana en Madrid.

La segunda propuesta de Laurie Anderson para el festival Rizoma es Chalkroom, una instalación de Realidad Virtual realizada en colaboración con el artista Taiwanés Hsin-Chien Huang, que consiguió el galardón a la Mejor Experiencia VR del Festival de Venecia 2017. Permanecerá durante dos meses en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid (hasta el 13 de enero) y propone al visitante un viaje a través de una estructura compuesta por palabras, historias y dibujos que no dejan de transformarse. El Espacio ofrece también dos encuentros con la artista: el jueves 15 a las 19.00 para hablar de esta instalación y el viernes 16 a las 17.30 enfocada a otros procesos creativos.

En paralelo y hasta el 29 de noviembre, la Filmoteca Española programa un ciclo dedicado a Anderson. El plato fuerte será el pase de su obra performática Home of the Brave (1986) y un coloquio posterior el viernes 16 a las 19.30. Además, incluye otros títulos de los que ha sido directora (Heart of a Dog o la colección de vídeos Hidden Inside Mountains) y otros proyectos cinematográficos en los que ha estado involucrada como El cielo sobre Berlín de Win Wenders o Declaración de guerra de Valérie Donzelli.

Rizoma es un festival multidisciplinar que incluye un cinco jornadas en Cineteca Madrid repletas de estrenos nacionales e internacionales, instalaciones, conciertos y charlas, el Premio Rizoma de Cine y dos exposiciones de la fotógrafa documental Mara Catalán. Esta es su sexta edición que se ha bautizado como Roku (número 6 en japonés) dedicada a la verdad y la belleza.