Urdangarin, en la cárcel: "Habladme, por favor, que si no me voy a volver loco"

Iñaki Urdangarin, en una imagen de archivo de su proceso judicial.
Iñaki Urdangarin, en una imagen de archivo de su proceso judicial.
GTRES
Iñaki Urdangarin, en una imagen de archivo de su proceso judicial.

Iñaki Urdangarin, exduque de Palma, yerno del rey emérito Juan Carlos I, cuñado del rey Felipe VI y marido de la infanta Cristina, pasa sus días en la cárcel abulense de Brieva, tras ser condenado a 5 años y 10 meses de prisión por prevaricación, malversación, tráfico de influencias, fraude y dos delitos fiscales. El diario El Mundo ha recogido en un reportaje cómo es el día a día de Urdangarin, aislado en un módulo individual en una cárcel de mujeres, sumido en una soledad que le lleva a pedir a los funcionarios: "Por favor, habladme porque si no me voy a volver loco".

Urdangarin está en Brieva por su propia elección. Se eligió para garantizar la seguridad y para evitar que la infanta Cristina tuviera que mezclarse con el resto de familiares de presos para verlo. Es el mismo presidio donde estuvo Luis Roldán. Urdangarin pasa la mayor parte del tiempo corriendo. Es, según El Mundo, su principal ocupación. Lo hace en un patio de 7 metros de ancho por 25 de largo, franqueado por paredes de cemento, y lo hace hasta la extenuación. Ya antes de su entrada en la cárcel, el exduque de Palma se cobijó en el running, y de hecho participó en alguna maratón.

Según el diario madrileño, ve la televisión, lee y ha empezado a escribir, pero para paliar su soledad, corre. Si las inclemencias del tiempo lo impiden, dispone de una cinta para correr, una espaldera y una bicicleta estática. Por lo demás, no dice ni una palabra sobre su vida privada, sobre su familia o sobre su condena. Sí trata con una educación exquisita a los funcionarios, según El Mundo.

Además del deporte, Urdangarin cultiva pimientos y tomates en cinco grandes maceteros situados en el patio de su módulo y tres veces por semana acude al polideportivo de la prisión, siempre cuando ya lo han abandonado las reclusas. Sobre su estado de ánimo, El Mundo cita a fuentes cercanas a Urdangarin para explicar que está bien de ánimo y no muestra síntomas de decaimiento psicológico.

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