Stephen Bennett es un ciudadano canadiense que salía desde Toronto (Canadá) para pasar unas vacaciones en Cuba con su mujer y su hijo. Tras haber sufrido un infarto meses atrás, Bennett decidió tomarse una pastilla para dormir durante el vuelo, operado por la aerolínea WestJet. Antes de despegar, la pastilla hizo efecto, pero fue precisamente eso lo que le costó el viaje: fue expulsado del avión porque la tripulación consideró que no estaba en condiciones para viajar.

Según la BBC, Bennett fue despertado por un auxiliar de vuelo que le dijo que tenía que salir del avión para que fuera reconocido por un médico. La mujer de Bennett no domina bien el inglés y no convenció a las azafatas.

Una vez fuera del avión, los médicos determinaron que Bennett, cuyas pastillas contaban con prescripción médica, estaba en condiciones de volar, pero según este hombre, no le permitieron ni a él ni a su familia coger el vuelo. Finalmente, tuvieron que tomar otro avión y pagárselo de su bolsillo.

Ahora, Bennett ha denunciado a la compañía por lo que él asegura que fue una actitud "humillante". Un portavoz de WestJet, por su parte, explicó que "nunca es excesiva la precaución" y añadió que "esos signos pueden ser consecuencia del consumo de alcohol o drogas antes de subir al avión" y que actuaron en consecuencia con "las regulaciones del transporte federal en Estados Unidos y Canadá".