El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha advertido este lunes al lehendakari, Íñigo Urkullu, de que es necesario "cuidar" la mayoría que el pasado mes de junio dio el Gobierno a Pedro Sánchez para evitar un "giro reaccionario" en Madrid.

El lehendakari tiene claro que su interlocutor en los Presupuestos es el Gobierno pero este lunes ha habierto las puertas de Ajuria Enea a Iglesias. El mismo día que se ha conocido que su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban,  ha sido llamado a una reunión con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para mantener la primera reunión para negociar, Iglesias ha explicado desde la sede del Gobierno vasco que había defendido ante Urkullu que "hay que cuidar la mayoría que hizo posible la moción de censura", que, en su opinión, debe repetirse en la votación de las cuentas de 2019.

Para que haya Presupuestos en 2019, Iglesias ha advertido este lunes que "hay que trabajar mucho", antes de afirmar que la tarea corresponde al Gobierno, no a él. "Nosotros lo estamos haciendo, pero no somos delegados del Gobierno ni lo sustituimos, el Gobierno tiene que hacer su parte", ha dicho.

El Ejecutivo y el PSOE coinciden en lo primero, en que la negociación de los Presupuestos es cosa del Gobierno, pero no en lo segundo. La ministra de Economía, Nadia Calviño, que se ha unido este lunes al coro del Gobierno, al que también se unió este domingo la portavoz, Isabel Celáa, al mostrarse confiada en que habrá pacto.

En una entrevista en Onda Cero, Calviño ha rechazado pronunciarse sobre cuál sería la salida en ausencia de Cuentas, si elecciones o prórroga de las existentes. "Cómo voy a estar pensando en el plan B si yo estoy invirtiendo toda mi energía en sacar adelante el plan A", ha dicho.

Los contactos del Gobierno los pilotará esta semana Montero, pero Calviño se reunió el viernes con el vicepresidente catalán, Pere Aragonés, en un encuentro "absolutamente cordial" en el que la ministra ha asegurado que no le pidió expresamente que ERC apoye los Presupuestos, aunque ha añadido que "dado que son unos presupuestos, es difícil para un partido explicar por qué no los vota".

Al mismo tiempo que Calviño se veía con Aragonés, Iglesias se encontraba en la cárcel con el líder de su partido, ERC, Oriol Junqueras. Este domingo, Iglesias continuó con su particular ronda con una conversación telefónica con el expresidente de la Generalitat huido en Bélgica, Carles Puigdemont.

El líder de Podemos reitera que no es "delegado del Gobierno" en unas conversaciones con partidos que son necesarios para sacar adelante las cuentas de Sánchez. Hasta ahora, en ellas ha defendido posturas afines a sus interlocutores, a pesar de que confrontan con el Gobierno.

Así, tras reunirse con Junqueras, el líder de Podemos pidió a Sánchez un "movimiento" en favor de los políticos presos; elevó a categoría de interlocutor a Puigdemont, y ayer apostó en Vitoria por el derecho a decidir.

Por su parte, el Gobierno empieza a negociar con PNV y el PSOE observa a Iglesias con recelo.

No extraña su protagonismo, que daba por supuesto, pero en Ferraz le recuerdan que él no negocia por el Gobierno y sólo es «responsable» ante su partido. Este lunes, el líder del PSC, Miquel Iceta, ha mdejado patente este descontento al afirmar que Iglesias "está lanzando una ofensiva de cuál es su papel en la política".

El Gobierno reitera que sólo a él corresponde negociar, peroque  no piensa "radiar" los contactos que mantendrá con otros partidos y que empezarán con una conversación entre Montero y Esteban, portavoz del PNV.

Justo lo contrario a la publicidad que hasta ahora ha dado Iglesias a sus conversaciones con Junqueras, Puigdemont y Urkullu, a pesar de que este lunes ha advertido de que en las "muchas reuniones" que todavía considera necesarias para que haya acuerdo de Presupuestos, "muchas veces habrá que trabajar mucho y hablar poco".