La primera ministra británica, Theresa May, afirmó este miércoles que, si se trabaja "de forma intensa", el acuerdo sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) es "alcanzable", pero reconoció que queda por resolver la cuestión de la frontera irlandesa.
"Creo que todos alrededor de la mesa quieren alcanzar un acuerdo, y trabajando de forma intensa y cercana podemos lograr ese acuerdo", dijo May a su llegada a Bruselas. A su juicio, "el acuerdo es alcanzable y ahora es el momento de hacerlo realidad". Insistió en que, si se trabaja con intensidad durante los próximos días y semanas, es posible llegar al pacto.
May recalcó que se ha logrado un "muy buen progreso" tanto en el acuerdo de retirada como en el debate sobre la futura relación entre Londres y Bruselas desde la cumbre informal de Salzburgo (Austria) en septiembre pasado, donde los líderes le pidieron revisar su plan de cooperación económica con el club comunitario una vez que se materialice el brexit.
La primera ministra británica acudió a una reunión de la UE para intentar desbloquear las negociaciones pero sin ningún cambio en su estrategia a pesar de las críticas de la oposición y de su propio gobierno.
Sin acuerdo sobre la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte
May subrayó que se ha resuelto "la mayoría de los temas" en el pacto de salida, pero admitió que queda pendiente la solución para evitar una frontera física entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. "Creo que es posible trabajando juntos encontrar una resolución a ese asunto", resaltó.
La cuestión irlandesa continúa siendo el mayor escollo para ambas partes, que quieren evitar levantar una frontera física entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, pero no consiguen consensuar cómo hacerlo.
El plan provisional acordado en diciembre de 2017 se basaba en la promesa de Londres de que, "salvo que se encuentre otra solución", Irlanda del Norte mantendría "una total consonancia con las normas del mercado único de la UE y la unión aduanera".
No obstante, el Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, socio clave del Gobierno conservador británico, se opone frontalmente a que esta región quede en condiciones diferentes a las del resto del Reino Unido tras el brexit. Por ello May planteó crear un mercado común de bienes británico-comunitario con equivalencia regulatoria, propuesta que rechazan los Veintisiete.
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